Tipología Textual
Nos encontramos ante un texto expositivo-argumentativo, ya que su autor expresa una opinión partiendo de dos noticias e intenta persuadir de su validez a los lectores. En efecto, Javier Marías defiende una tesis (las restricciones impuestas a las mujeres en el ámbito deportivo) a través de argumentos de distintos tipos: de cita “las azafatas ya no darán el beso en el podio al ciclista que reciba premios”; de comparación “en los años 70 y 80 muchas feministas prescindieron del sostén” o de contraste “que hoy se pueda multar de nuevo”. La estructura del texto es inductiva: los argumentos conducen a la tesis expresada
en las últimas líneas.
Ámbito de Uso
En cuanto al ámbito de uso en que se ha difundido el texto, las referencias a la actualidad (“que hoy se pueda multar de nuevo…” ) nos hacen pensar en el de los medios de comunicación social. Esto se confirma al hablar de un tema cercano y de interés general el cual está dirigido a un público amplio e interesado por el entorno político-social y cultural en el que vive y al utilizar un registro estándar de la lengua o medio de la lengua, como es habitual en todos los textos periodísticos, tanto informativos como de opinión. Por último, el autor se vale de un título llamativo (Feminismo antifeminista) para captar la atención de los
lectores.
Género Textual
Respecto al género textual, el carácter personal del texto y el hecho de que esté firmado nos confirman que se trata de un artículo de opinión. Su marcada subjetividad queda patente en rasgos como las numerosas marcas de la presencia del emisor (“me dieron, veo, la encontré”), el léxico valorativo (“grave, gravedad absoluta, pésimos”) o el uso de recursos expresivos (“barniz falsamente progresista”, ¿no es acaso…”) Asimismo, el autor apela en diferentes ocasiones al lector ( “Veamos, ¿no es acaso…”), así como utiliza una mezcla de registros habitual en este tipo de textos, conviviendo el registro culto con otro más coloquial.
Elementos Léxicos y Semánticos
Los elementos semánticos y léxicos sirven para dar cohesión al texto basándose en la correferencia, por ello, ambos elementos contribuyen a expresar la idea central del texto. Dentro de los primeros cabe destacar el campo semántico de la edad y el tiempo: “edad”, “generación”, “décadas”, “transcurso de la vida”, “años” o el uso de palabras de la misma familia léxica: “antigüedades”, “antiguallas”. También se expresan diferentes mecanismos semánticos de modalización como el empleo de léxico valorativo (“sandeces”, “simples”, “catetos”, “antiguallas”) Dentro de los elementos léxicos cabe destacar la aparición de palabras tanto derivadas (“bisabuelo”, “desaparecieran”…) como compuestas (maltratadores) y hay también algún coloquialismo léxico: “¿Qué diablos se les enseña?”.
Subjetividad y Objetividad
Al tratarse de un texto subjetivo la presencia de la autora es evidente, prueba de ellos son los diversos rasgos de subjetividad entre los que destacan tanto uso tanto de la primera persona (celebremos) como del modo subjuntivo (transforme, vean) encontrado en oraciones desiderativas y dubitativas (“no impidan que…) No obstante, como ocurre en muchos artículos de opinión, se pueden encontrar ciertos rasgos de la objetividad para dar más validez al texto. Estos se caracterizan por el uso de la tercera persona (“siguen padeciendo una radiación que…”) así como del modo indicativo propio de las oraciones enunciativas (“es difícil entender…”).
Registro
Como es habitual en los textos periodísticos lo que predomina es un registro formal. Prueba de ellos son la aparición de sinónimos (“superados o periclitados”, “cambiaran o desaparecieran”, “mal hechas o sesgadas”), también la voluntad del autor de evitar palabras baúl (utiliza “suscribe” en vez de piensa o “juzga” en vez de ve). Finalmente, hay también en el texto vocabulario de nivel culto (“sesgadas”, “abatido”, “mitiga”…). No obstante, al tratarse de un artículo de opinión, el autor tiene más libertad de estilo por lo que se encuentran ciertos rasgos de un registro más coloquial como pueden ser el vocabulario informal (“¿qué diablos…?”, “catetos”…) o la omisión de elementos (“O incluso la de la generación anterior”, “…sino de sus bisabuelos”).
Cohesión Textual
Las funciones lingüísticas que correlacionan los elementos del texto constituyen la cohesión textual. Respecto a la cohesión gramatical, podemos encontrar la deixis personal de forma explícita (“y yo”) y la deixis social en el uso de usted (“puede identificarlos”). Igualmente, aparecen anáforas, procedimiento mediante el cual el autor referencia un concepto mencionado previamente (“eso no lo hace cualquiera”). Por otro lado, respecto a la cohesión léxica, la característica que más abunda es la reiteración léxica (pijos y cayetanos). Finalmente, debemos destacar la aparición de marcadores conversacionales (bueno, sí).