Cónica de una muerte anunciada//TEMAS
La acción en la novela gira en torno al tema del honor.
Los hermanos Vicario, en contra de su voluntad, asesinan a Santiago Nasar porque creen que este ha burlado el
honor de su familia, puesto que su hermana, recién casada, confiesa que ya había perdido la virginidad con Santiago Nasar. A ellos nos les queda más remedio que limpiar el nombre de su familia y demostrar su hombría matando a Nasar. García Márquez toma el tema de la honra para exagerar sus consecuencias, ridiculizar a los personajes e ironizar sobre este código moral establecido en las comunidades rurales latinoamericanas.
Con respecto al amor, toda la novela está llena de pasiones amorosas, acompañada siempre de matices machistas. Los hombres viven una vida llena de sexo,
bien con las mujeres de la casa de placer de María Alejandra Cervantes o bien en el abuso de las mujeres que, por su situación social, no pueden defenderse de los deseos de los hombres (Divina Flor, la hija de la criada de los Nasar, debe soportar el acoso de Santiago, por ejemplo).
El fátum es el tema principal de la obra:
La imposibilidad de escapar de su propio destino (el fátum clásico). Santiago Nasar muere porque está destinado a morir y ese destino es irrevocable. Esta importancia del destino trágico relaciona la novela con las tragedias griegas, incluso no falta el coro: el pueblo entero. En este destino hay una serie de circunstancias y casualidades que se conjugan para que el homicidio se lleve a cabo: la madre de Santiago Nasar, que sabe interpretar sueños, se equivoca y cierra la puerta sin querer e impide que su hijo se salve; la hija de la criada deja la puerta abierta, cosa que nunca hace; todos creen que Santiago Nasar sabe lo que se avecina, es vox populi que lo buscan para matarlo, pero todos lo dan por hecho y ninguno lo alerta de su muerte. Incluso los hermanos Vicario, que no desean cometer el asesinato, gritan a los cuatro vientos su intención, para que Nasar pueda huir.
La Fundación// ESPACIO, TIEMPO Y ACCIÓN
Lugar:
La obra mantiene unidad de lugar, ya que toda la acción transcurre en un único
espacio, aunque este varíe su configuración a lo largo de la obra, al pasar de ser la
habitación confortable de una fundación a la celda de una cárcel. Podríamos decir que el
escenario está situado en la mente de Tomás o al menos que lo vemos a través de sus
ojos, y es un elemento de importancia trascendental en el desarrollo de la historia, ya
que el proceso mental que se produce en el personaje al ir acercándose a la realidad se
refleja en la transformación paulatina del escenario. Así, los sillones se transformarán en
petates, las librerías en paredes desnudas, etc.
En relación con el lugar hemos de citar los cambios de iluminación, a la que antes se
hacía referencia, así como la transformación final (vuelta a la habitación confortable, en
la recepción de los nuevos huéspedes).
Tiempo:
Este tiene un carácter circular, pues la obra empieza y termina en el mismo punto: con
el decorado de la Fundación, la música de Rosini y la luz irisada que crea una sensación
de irrealidad.
En la obra no hay indicaciones temporales muy precisas, pero los cuatro “cuadros” en
que se divide transcurren, sin saltos cronológicos internos, en pocos días. En la primera
parte, el primer cuadro tiene lugar una mañana poco antes de comer. El cuadro segundo
transcurre esa misma tarde. En la segunda parte, el tercer cuadro se desarrolla tres días
después, cuando los presos acaban de cenar. En el último cuadro han pasado pocos días,
quizá uno sólo. Toda la obra comprende, pues, cuatro días o poco más, tiempo mínimo
imprescindible para poder explicar el proceso mental que experimenta Tomás.
Este es el tiempo de la acción dramática, pero la historia abarca un tiempo más amplio.
A medida que los diferentes elementos del escenario van recuperando su condición
carcelaria; es decir, a medida que el protagonista va aproximándose a la realidad, se
suministran al espectador los datos referentes al tiempo pasado y que explican la
situación presente: la delación de Tomás, la condena a muerte, etc.
Acción:
La obra comienza “in medias res”: cuando la obra comienza los personajes se hallan
en una situación determinada, a consecuencia de unas acciones previas que los
espectadores desconocemos por entero, pero de las cuales nos iremos enterando gracias
a los comentarios que van realizando los personajes a lo largo de la representación. Y
termina, (como ya hemos explicado en el epígrafe de Técnicas y recursos dramáticos)
de forma abierta, con los carceleros llevándose a los dos supervivientes, sin que
sepamos ni nosotros ni ellos, si los conducen al paredón o a las celdas de castigo, desde
donde podrían intentar la fuga.
La historia es suministrada al espectador con la misma lentitud con que la conoce el
protagonista, a medida que éste va pasando de la ficción a la realidad, y se complica
rápidamente al final al desvelarse los proyectos de fuga y la nueva existencia de un
delator que se resuelve fatalmente. Veámoslo con más calma.
En general la acción no incluye muchas peripecias, al menos hasta el final, ya que se
trata principalmente de un drama de situación. Durante toda la primera parte y casi todo el primer cuadro de la segunda, la acción se centra en el progresivo desmoronamiento del mundo inventado por Tomás y su sustitución por el real. Los únicos instantes de tensión son el descubrimiento del cadáver por los carceleros y la salida de Tulio para su ejecución.