EL TEATRO Barroco CALDERÓN DE LA BARCA (1600-1661)
Fue un escritor prolífico, según el recuento que él mismo hace, su obra consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Se distinguen dos tendencias en la obra de Calderón:
EL LENGUAJE
Calderón mezcla culteranismo y conceptismo: usa gran variedad estrófica, imágenes brillantes y llamativas, tendencia a la hipérbole, adjetivos cultos, símbolos entrelazados, continuos contrastes y alusiones mitológicas. También sus personajes muestran el barroquismo calderoniano; son personajes violentos, con rasgos exagerados y un marcado carácter.
LOS TEMAS
Los temas de las obras de Calderón son siempre profundos (debido en parte a formación jesuita que había recibido): el libre albedrío, la libertad, la rebelión, el honor, los conflictos éticos, el destino…
LA ESCENOGRAFÍA
La escenografía se va complicando: abundan los efectos visuales, hay luz artificial, se encargan decorados fantásticos, magia y música.
DOS GRANDES DRAMAS DE CALDERÓN
EL ALCALDE DE ZALAMEA, 1642
Es un drama de honor que presenta el conflicto entre el poder militar y el pode civil a partir de unos hechos acaecidos en Zalamea, un pueblo español. Aparece uno de los personajes más importantes en la dramaturgia española: Pedro Crespo. Además tiene la originalidad de que el pueblo, Zalamea, se convierte en protagonista indiscutible de la obra.
LA VIDA ES SUEÑO, 1635
Es la «tragedia del destino». En ella plantea el tema de la libertad y el destino. Cuenta la historia del príncipe Segismundo al que conocemos cautivo en una torre por orden de su padre quien teme que se cumplan los horóscopos que predicen que su hijo lo destronaría. Cuando Segismundo es adulto, su padre decide liberarlo para comprobar la veracidad de tales predicciones; Segismundo se comporta como un bárbaro y es devuelto a la prisión; su breve tiempo de libertad le parece un sueño. Los monólogos son de una belleza indescriptible.
Con este planteamiento Calderón pone ante el público cuestiones universales: la libertad del hombre, la predestinación y el libre albedrío, la vida como un sueño, la autoridad de un rey injusto.
TIRSO DE MOLINA (1579-1648)
Algunos de los rasgos de la producción teatral de Tirso de Molina, como las preocupaciones morales, el estilo más elaborado o la mayor complejidad de las comedias, lo aproximan al teatro de Calderón.
Su producción dramática se distingue, especialmente, por una mayor profundidad psicológica de los personajes. En concreto, destacan en sus comedias las figuras femeninas, que adquieren fuerte carácter: ellas mismas ejecutan la venganza y afirman su personalidad en la obra, para lo que se emplea a menudo el recurso del disfraz. Las comedias de Tirso presentan un juego de apariencias y engaños que se resuelve de forma repentina, feliz y pacifica.
Obra
La labor dramática de Tirso de Molina abarca los subgéneros teatrales habituales en este siglo, de forma que se puede clasificar en los siguientes grupos:
-Dramas históricos. Estos dramas ponen en escena el heroísmo de figuras históricas como la de María de Molina, reina medieval de Castilla, en «La prudencia en la mujer». -Dramas bíblicos. En los dramas de este tipo el autor adapta, actualizándolos, asuntos del Antiguo y el Nuevo Testamento. «La mejor espigadera» -Comedias de costumbres y de intriga. Este tipo de comedias trata, con ironía y humor, el juego de intereses que mueve las relaciones sociales. «El vergonzoso en palacio»
-Tragedias sobre la libertad y la predestinación. A este grupo pertenecen los títulos que más fama le han dado a Tirso: «El condenado por desconfiado» y «El burlador de Sevilla», obra con la que el autor crea el conocido mito de don Juan.
El mito de Don Juan: el Burlador de Sevilla
Está protagonizada por el joven noble don Juan, dedicado a la seducción y al engaño de mujeres. No acata ninguna norma moral ni escucha los consejos y advertencias sobre el peligro que corre su alma, respondiendo siempre con su frase «tan largo me lo fiais». Así, el protagonista vive exclusivamente el presente, de espaldas a la religión y a la moral.