• Vicente Aleixandre. Entiende la poesía como acto de comunicación, para el que utiliza prodigiosas imágenes y el verso libre. En este acto prima la conciencia solidaria con la condición humana. En su primera etapa se recoge su poesía telúrica y surrealista, donde la poesía busca la fusión con la belleza de la naturaleza. A ella pertenecen Ámbito, La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. Su segunda etapa es la de la poesía humana, una poesía donde se acerca a la realidad cotidiana con solidaridad. En sus últimos libros, Poemas de la consumación y Diálogos del conocimiento, reflexiona sobre el sentido de la vida desde la vejez. • Dámaso Alonso. En su primera etapa recibíó la influencia de la poesía pura, lo que convive con su profunda preocupación religiosa (Poemas puros. Poemillas de ciudad) En su segunda etapa poética aborda la temática de posguerra, como se observa en Hijos de la ira, obra cumbre con la que se inició la poesía desarraigada. En sus últimas obras (Oscura noticia, Hombre y Dios y Duda y amor sobre el Ser Supremo) convive su creencia religiosa con dudas de corte existencial. • Rafael Alberti. Sus temas esenciales son el mar y el paraíso perdido. Su primera etapa recoge su poesía neopopularista en forma de canciones breves donde se unen tradición y modernidad (Marinero en tierra, La amante, El alba del alhelí). Su segunda etapa es la de la poesía vanguardista: Cal y canto es de tendencia futurista, Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos hermana el Futurismo y el Surrealismo, y Sobre los ángeles es plenamente surrealista. En su tercera etapa Alberti evoluciona hacia una poesía comprometida con la revolución, como se aprecia en Un fantasma recorre Europa. Su cuarta etapa se compone de su poesía del exilio, de temas muy variados (amor, religión, folclore…), como puede apreciarse en Retornos de lo vivo lejano. • Luis Cernuda. Agrupó su obra en un volumen titulado La realidad y el deseo, donde contrapone su visión de un mundo intolerante e injusto a su anhelo de libertad y armónía. Tal choque ocasiona en el poeta frustración e insatisfacción Solía preferir el verso libre, cargado de simbología, aunque en su madurez optó por el versículo, la lengua coloquial e, incluso, la prosa. En su primera etapa escribíó Perfil del aire, Los placeres prohibidos (obra surrealista) y Donde habite el olvido (obra ROMántica) Su segunda etapa, la del exilio, abarca títulos donde manifiesta la tristeza al evocar sus años adolescentes. (Vivir sin estar viviendo) • Federico García Lorca. Es el poeta más popular de la generación. Su primera etapa está formada por obras como Libro de poemas, Poema del cante jondo y Romancero gitano, donde muestra la “Andalucía del llanto” y a los gitanos como seres míticos condenados a un destino trágico. En su segunda etapa destaca Poeta en Nueva York, donde critica el capitalismo y el materialismo corrupto. Nueva York es una ciudad dominada por la crueldad, donde los negros de Harlem son elevados, como los gitanos, a personajes míticos. En su tercera etapa escribe el Diván del Tamarit, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y Sonetos del amor oscuro. Entre los temas de su poesía destacan el amor, la frustración y la solidaridad con los más desfavorecidos. En su estilo destaca su visión metafórica de la realidad, su gusto por el folclore y la combinación de la tradición con lo novedoso. Algunos de los símbolos utilizados por el poeta son el arma blanca, la sangre, la luna, la tierra, el caballo y el lirio, entre otros. En su labor poética y teatral sobresale la importancia de lo popular, los temas del amor y el deseo sexual que conducen a la tragedia, el análisis del personaje femenino y el ambiente andaluz. En su trayectoria como autor teatral destacan dramas, como El maleficio de la mariposa o Mariana Pineda; farsas para personas (La zapatera prodigiosa) y para muñecos (Los títeres de Cachiporra); teatro conceptual (El público, en el que critica la represión); y tragedias, que le sirven para expresar los conflictos internos en los que derivan los instintos y las pasiones (Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita, la soltera y La casa de Bernarda Alba) • Miguel Hernández. Es un poeta que sirve de puente entre la “Generación del 27” y la “Generación del 36”. Sus tres temas fundamentales son la vida, el amor y la muerte, aunque temas como la tristeza, la solidaridad o el dolor también aparecen en sus poemas. Su estilo está caracterizado por la sencillez y la espontaneidad. En su primera etapa destaca Perito en lunas, donde el amor y la naturaleza son protagonistas; El silbo vulnerado, poesía de carácter religioso; Imagen de tu huella, en el que recrea su amor por el ser humano; y El rayo que no cesa, donde el amor se muestra como un rayo que provoca dolor e insatisfacción en el poeta. En su segunda etapa poética aparecen Viento del pueblo, donde combina poesía culta y popular, y El hombre acecha, donde reflexiona sobre la barbarie de la guerra. A su tercera etapa pertenece Cancionero y romancero de ausencias, poemario en el que refleja su dramática experiencia personal (la muerte de su hijo, la reclusión en la cárcel, la enfermedad…) En la historia de la literatura española la labor de la “Generación del 27” es trascendental, pues este grupo de autores no solo realizó un poderoso intento de renovación poética, sino que logró la reafirmación de la tradición poética española, por lo que su impacto es incuestionable y su eco alcanza cotas de reverberación universal.