EL TEATRO ANTERIOR A LA Guerra Civil
A principios de Siglo XX gozaban del favor de los espectadores las obras Jacinto
Benavente centradas en las preocupaciones de la alta burguésía. También
destacaba el teatro cómico de los hermanos Álvarez Quintero, el astracán de
Pedro Muñoz Seca y la tragedia grotesca de Carlos Arniches.
Pero no fueron ajenas a las tentativas innovadoras las nuevas tendencias
teatrales europeas, especialmente el teatro poético, consolidado con el estreno en
París de La intrusa, del belga Maeterlink, cuya originalidad estribaba en la uníón
del conflicto interior de los personajes a fenómenos exteriores por medio de la
sugerencia, a la vez que suprimía el decorado descriptivo.
Los primeros intentos de renovación teatral fueron llevados a cabo, entre otros,
por Jacinto Grau, que ensayó diversas vías; por Unamuno y por Azorín.
Pero el teatro español de las primeras décadas del Siglo XX alcanza su cima con
la obra de Valle-lnclán y Lorca.
Estos cambios llevaron aparejados un creciente interés por la escenografía, haciendo especial hincapié en la iluminación.
La obra de Jacinto Benavente compone una crónica, casi siempre amable, de las
preocupaciones y los prejuicios burgueses, por medio de una suave ironía.
Entre sus obras destacan Los intereses creados y La Malquerida.
Dentro del teatro cómico destacan los hermanos Álvarez Quintero con obras en
las que predomina el ambiente andaluz El traje de luces.
El patio, Manguilla terremoto.
Pedro Muñoz Seca y el «astracán» (género que en un principio se representaba en Pascuas en el Teatro de la Comedia de Madrid, como descanso del teatro «serio»). Entre sus obras cabe cita La venganza de don Mendo y Los extremeños se tocan.
Carlos Arniches con su tragedia grotesca La señorita de Trevelez, ¡Qué viene mi marido!
.
Los caciques
INTENTOS DE RENOVACIÓN FORMAL.
Entre los primeros intentos de renovación formal destacan las aportaciones de Unamuno y Azorín.
Unamuno abogó por un teatro desnudo que supónía la reducción de los personajes al mínimo, de las pasiones a su núcleo, y el esquematismo de la acción. Además en su teatro también se suprimían todos aquellos efectos que no dependieran directamente de la palabra.
Su producción dramática está integrada por dos piezas menores La princesa doña Lambra y La difunta y nueve dramas mayores entre los que destaca El hermano
Juan.
Por lo que respecta a Azorín hizo un teatro de tipo antirrealista que incluía lo subconsciente y lo maravilloso. Entre sus dramas destaca la trilogía Lo invisible compuesta por La arañita en el espejo, El segador y Doctor Death, de 3 a 5.
Pero los grandes renovadores del teatro de principios del Siglo XX son Valle-lnclán y Lorca.
En Valle se observa una constante voluntad de renovación formal y temática y una
pretensión de romper con el teato de su época, progresivamente evoluciónó desde
el Modernismo hasta su creación máxima EL ESPERPENTO.
Dentro de sus obras modernistas destacan El marqués de Bradomín (1906) y El
yermo de las almas en las que dramatiza sobre el tema del adulterio.
Sus siguientes obras son Las comedias bárbaras.
El embrujado y Divinas palabras.
Estas comedias llamadas del ciclo mítico se localizan en una Galicia intemporal. En
ellas se representa una sociedad arcaica, elegida para ofrecer la visión de un mundo en el que la existencia humana se rige por fuerzas primarias (lujuria, soberbia, crueldad, despotismo, el pecado, el sacrilegio, la superstición y la magia).
Las Comedias Bárbaras son una trilogía compuesta por Ágüila de Blasón, Romance de lobos y Cara de Plata.
En ellas dramatiza la tragedia de los Montenegro. Sus personajes encarnan los impulsos elementales del ser humano y actúan movidos por oscuras razones.
Valle es auto de cuatro farsas:
La marquesa Rosalinda, Farsa infantil de la cabeza del dragón, Farsa italiana de la enamorada del rey y Farsa y licencia de la reina castiza, todas en verso menos la segunda.
En ellas introduce personajes de la farándula, el uso de disfraces y el teatro dentro
del teatro, buscando la ruptura del efecto de la realidad escénica.
Su producción dramática culmina con el esperpento. Él mismo denominó así a
cuatro de sus obras:
Luces de bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las galas
del difunto y La hija del capitán (las tres últimas bajo el título de Martes de
Carnaval. El esperpento funciona como un instrumento de desenmascaramiento,
deforma determinados aspectos del personaje y de las situaciones, produciendo
una visión caricaturizada, alternativamente cómica y macabra.
Lorca crea el verdadero teatro poético. En él, a parte de la palabra hay música,
danza, escenografía. Su producción dramática expresa los problemas de la vida y
de la historia, a través de un lenguaje cargado de connotaciones.
Sus primeros dramas en verso El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda están
emparentados con el teatro modernista.
Las cuatro farsas de García Lorca Tragicomedia de don Cristóbal y la señá
Rosita
Retablillo de don Cristóbal, La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimpín con
Belisa en su jardín desarrollan el conflicto derivado del matrimonio de conveniencia
importancia, hay pocos personajes principales e intervienen coros.