Las vanguardias en españa
Las vanguardias se desarrollan en toda Europa durante la época de entreguerras como modo de protesta escandalosa contra un mundo en decadencia incapaz de evitar los desastres de la guerra. Desde una actitud de total rebeldía, los distintos > pretenden la liberación de los instintos humanos, que consideran reprimidos por las convenciones morales y políticas de la sociedad burguesa. Para conseguir esta liberación, crean un nuevo lenguaje artístico que rompe bruscamente con la estética anterior y que supone una manera diferente de concebir el mundo. Se dan a conocer a través de los distintos manifiestos en los que sus fundadores declaran las bases de su movimiento: así, nacen entre otras el Cubismo (con más repercusión en pintura que en literatura, donde aportó el caligrama, poema cuyos versos forman imágenes visuales), el expresionismo, el dadaísmo (basado en el azar, la improvisación, y dominado por el absurdo), el Futurismo y el Surrealismo, de los que luego trataremos. Los movimientos vanguardistas, a excepción del Surrealismo, desaparecen con la gran depresión de 1929, cuyas grandes consecuencias económicas propician el abandono del espíritu de diversión inconsciente de los años 20 y su sustitución por el compromiso con lo humano.
En general, todas las vanguardias comparten una serie de carácterísticas,
rigurosamente analizadas por Ortega y Gasset en su ensayo La deshumanización
del arte:
1) La ruptura con la estética anterior, con el Realismo, Simbolismo y
Modernismo.
2) Creatividad por encima de todo. El arte, para Ortega, es algo
intrascendente, cercano al juego o al deporte (intención lúdica).
3) Antisentimentalismo: eliminación de las emociones humanas a favor de la
pura emoción estética, que ha de ser intelectual.
4) Rebeldía y provocación a través del juego y del humor.
5) La admiración por la técnica, la velocidad y, en general, por todo aquello
que tenga relación directa con el mundo moderno.
6) La creación de realidades nuevas, deshumanizadas, mediante la
utilización de imágenes insólitas en las que no existe ningún referente
con el que puedan identificarse para ser interpretadas; con ellas
pretenden producir sorpresa y estupor en el lector.
7) La experimentación total: se observa en la mezcla de diversos materiales,
incorporación de un léxico nuevo, utilización simultánea de diferentes
tipografías, uso de onomatopeyas, especial disposición de los versos,
que forman imágenes visuales, etc. Las vanguardias en españa
En España, la poesía pura de Juan Ramón preparó el camino para dar entrada a las vanguardias. Nuestro país se mantuvo en contacto con las
vanguardias europeas gracias a Ramón Gómez de la Serna, Huidobro, las revistas literarias y las tertulias. Los escritores españoles practicaron los vanguardismos con una actitud menos radical que en otros países europeos., y conciliaron la innovación con la tradición literaria anterior.
La figura más original es Ramón Gómez de la Serna, principal introductor de las vanguardias en España, creador de su propia vanguardia (el “ramonismo”) y autor de las greguerías: son breves composiciones en prosa con comentarios ingeniosos, humorísticos o poéticos sobre aspectos de la vida corriente. Responden al deseo vanguardista de disolver la realidad y humanizar los objetos. Él mismo las definíó como “humorismo+metáfora”
En un buen número de casos es un simple chiste: Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba;
en otros, sin embargo, se acerca a la máxima filosófica: Nos desconocemos a nosotros mismos, porque nosotros mismos estamos
detrás de nosotros mismos.
En ocasiones, alcanza una gravedad profunda: Hay suspiros que comunican la vida con la muerte;
otras, un denso lirismo: De la nieve caída en el lago nacen los cisnes;
otras son puros juegos de palabras: un tumulto es un bulto que les suele salir a las multitudes.
Vicente Huidobro es el poeta chileno que dio a conocer en nuestro país el
creacionismo y el ultraísmo, las vanguardias hispánicas. El creacionismo quiere
dejar patente el rechazo a la imitación de la realidad en la obra literaria, que
debe crear un mundo propio (“ El poeta es un pequeño Dios», dice Huidobro).
El nombre de ultraísmo indica el propósito de ir “más allá” de la realidad. Los
poemas ultraístas son visuales (caligramas) y su lenguaje es esencialmente
metafórico. Ambos movimientos influyeron en Gerardo Diego, en Imagen o
Manual de espumas.
Entre las vanguardias europeas que más influyeron en la literatura española
destacamos:
EL Futurismo
Surgíó en Italia, bajo la dirección del escritor Marinetti, que,
fascinado por lo moderno, técnico y belicoso, proclama la ruptura radical con el
pasado. El dolor humano no es más importante que el que siente una lámpara
eléctrica en un cortocircuito (Marinetti). El Futurismo ofrecíó nuevos temas a la
literatura: el automóvil, el avión, las fábricas, el cine, el deporte, la violencia… En las vanguardias en españa
el lenguaje, suprimirá los adjetivos, los signos de puntuación y los nexos
sintácticos para conseguir dinamismo y velocidad. En nuestro país, no creó
escuela, pero influyó en algunos poetas del grupo del 27, como Salinas en
Seguro azar.
EL Surrealismo
Es el movimiento vanguardista más revolucionario y de
mayor alcance. Influido por el psicoanálisis de Freud y las teorías de Marx,
pretende liberar los impulsos más íntimos, reprimidos en el subconsciente. De
las técnicas empleadas, la más llamativa es la escritura automática: el escritor
debe transcribir todo aquello que surge en la mente, sin pasar por la censura de
la lógica, la moral o la estética. De ahí que aspiren a captar el mundo de los
sueños, donde el subconsciente se manifiesta a través de imágenes ilógicas.
Las visitas de André Bretón y Louis Aragón a España en 1925 lo dieron a
conocer en nuestro país. Su difusión estuvo a cargo de Juan Larrea e influyó
mucho en autores de la generación del 27, como Lorca (Poeta en Nueva York),
Aleixandre (La destrucción o el amor), Cernuda (Los placeres prohibidos) o
Alberti (Sobre los ángeles).
El Surrealismo español tiene una personalidad propia: nunca llegó a utilizar la
escritura automática y rehumanizó la poesía, además de enriquecer la lengua
poética gracias al empleo de imágenes visionarias y de novedades métricas
como el versículo (estructura rítmica que carece de rima y medida, por lo que
basa su ritmo en repeticiones de todo tipo).
El Vanguardismo constituye un ciclo de enorme interés en la literatura
contemporánea. Su fecundidad queda de manifiesto en España al
comprobar cómo el grupo poético del 27 se enriquece integrando muy
originalmente los diversos movimientos vanguardistas junto a la tradición
literaria española, en un equilibrio admirable entre lo antiguo y lo nuevo.