EL TEATRO ESPAÑOL DESDE 1940 A NUESTROS DÍAS
A)
El teatro en el exilio
Se podrían distinguir cuatro corrientes principales: TEATRO POLÍTICO, representado por Rafael Alberti (El adefesio y Noche de guerra en el Museo del Prado); TEATRO REALISTA, que evoluciona del Vanguardismo a un cierto compromiso social, representado por Max Aub (Morir por cerrar los ojos); TEATRO EXISTENCIALISTA, en el que se plantean temas como el amor, la muerte…, representado por Pedro Salinas; TEATRO SIMBOLISTA o POÉTICO, que cuenta con la principal figura de este bloque: Alejandro Casona, quien compuso una veintena de obras en el exilio. Destacan Prohibido suicidarse en primavera y, sobre todo, La dama del alba, estrenadas en Buenos Aires; antes de la guerra había escrito La sirena varada y Nuestra Natacha.
B)
El teatro de posguerra
En la producción de los años 40 y principios de los 50 cabe destacar las siguientes líneas: 1) EL DRAMA BURGUÉS, un tipo de alta comedia en la línea del teatro benaventino, con comedias de salón y una preocupación por la obra “bien hecha” y autores como Pemán, Luca de Tena, López Rubio, Calvo Sotelo, etc; 2) TEATRO CÓMICO, que tiende a lo inverosímil, con Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones somos gente honrada) y, sobre todo, el teatro del absurdo, donde subyacen problemas existenciales y sociales, de Miguel Mihura (Tres sombreros de copa , Melocotón en almíbar y Maribel y la extraña familia); 3) TEATRO REALISTA Y COMPROMETIDO, con la representación de Historia de una escalera (1949) de Buero Vallejo y Escuadra hacia la muerte (1953) de Alfonso Sastre, de tono grave, preocupado, inconformista y existencial.
C)
El teatro de los 50:
Se le ha llamado TEATRO SOCIAL; denuncia la injusticia social, la incultura, y su objetivo es educar y mejorar la sociedad. Sobre el alcance y finalidad de este teatro polemizaron sus dos principales representantes (Buero y Sastre). Sastre es partidario de un teatro de agitación social, teatro enfrentado al poder o “teatro de la ruptura” (imposibilismo); Buero defiende un teatro de lo posible, donde el autor debe acatar ciertas normas del sistema social para que sus obras puedan subir a los escenarios y desde allí ejercitar la lucha contra la injusticia (posibilismo).
Alfonso Sastre (Madrid, 1926) es el dramaturgo español más crítico de la posguerra, comprometido con sus ideas y con la renovación del teatro desde tres frentes: la crítica, el activismo y la creación. La fecundidad literaria de Sastre le ha permitido cultivar otros géneros: el ensayo, el periodismo, la poesía y la narrativa. El dramaturgo indaga en las diversas posibilidades de rebelión de los seres contra el poder injusto. El más conocido de sus dramas es Escuadra hacia la muerte; pero también hay que destacar Guillermo Tell tiene los ojos tristes, La mordaza y Muerte en el barrio. Obras posteriores son La cornada, La sangre y la ceniza, etc.
Antonio BUERO VALLEJO (1916- 2001) obtiene el Premio Lope de Vega en 1949 por la citada Historia de una escalera. Una de sus aportaciones fue el llamado efecto de inmersión, es decir, la participación del espectador en la acción dramática, aunque él no lo desee; para ello crea al final una situación de desesperanza que determina que el espectador evite los males que los personajes no pudieron superar. Los temas de su teatro abarcan el plano existencial (la soledad, el sentido de la vida…) y el plano social (injusticia…). Su obra se clasifica en tres etapas: 1ª (1949-1957) ® Temas existenciales:
Historia de una escalera
; 2ª (1958- 1968) ® Temas sociales e históricos:
El tragaluz, Un soñador para un pueblo, El sueño de la razón y El concierto de San
Ovidio
; 3ª (desde 1968) ® Temas sociales y políticos:
La Fundación
Además de los dos autores citados, es importante destacar a Lauro Olmo (La camisa), José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil), Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz…: realidad muy concreta, sin complejidad psicológica y lenguaje sencillo. Este teatro chocó muchas veces con la censura, por lo que no pudo ver cumplido su principal cometido, el de llegar al público y así intentar cambiar la sociedad. Por ello, se ha podido hablar de un “teatro de la sombra”. Por el contrario, los escenarios españoles veían una y otra vez representarse las obras de Alfonso Paso, que constituye el teatro comercial y al que casi siempre acompañó el éxito.
D)
El teatro de los 60:
Sin romper totalmente con los propósitos de denuncia, presentes en casi todos ellos, van apareciendo durante la década de los 60 y sobre todo en los años 70, varios autores que intentan una renovación del lenguaje y las técnicas dramáticas, superando las limitaciones del Realismo social, también censurado y “a la sombra”. Es el llamado teatro experimental. En él influyen grandes renovadores del teatro universal como el teatro épico (narrador en escena) de Bertolt Brecht, el teatro del absurdo (sin argumento) de Ionesco y Beckett, el teatro de la crueldad (lo violento y macabro) de Antonin Artaud y el teatro independiente, más popular. Surge así una nueva vanguardia teatral.
Las carácterísticas podrían ser: a) sustitución del personaje-persona por el personaje- signo; b) lenguaje simbólico; c) desarrollo de la acción no lineal; d) concepción del teatro como espectáculo y experimento colectivo; e) pérdida de importancia del texto; f) preferencia por lo grotesco y lo satírico.
La nómina es muy extensa: Francisco Nieva (con su teatro furioso: Pelo de tormenta)¸ Fernando Arrabal (con su teatro pánico: Los hombres del triciclo, Pic-Nic .
En 1963, estrena su primera comedia, Los verdes campos del Edén, el cordobés Antonio Gala. Más adelante estrenará Anillos para una dama, ¿Por qué corres, Ulises?, Las cítaras colgadas de los árboles y Petra Regalada. Hombre polifacético, cultiva también otros géneros: poeta, guionista, colaborador en periódicos y novelista (El manuscrito carmesí, Más allá del jardín…).
En un panorama general del teatro bajo los últimos años del franquismo hay que hacer referencia al teatro independiente: universitario, popular, variado… Así tenemos: Grupo Tábano, La Cuadra, Els Joglars, Els Comediants, etc
d) El teatro a partir de 1975: Al acabar la dictadura, y con ella la censura, comienza un periodo de auge para el teatro. No obstante, la libertad de expresión no fue completa. Pronto la crisis teatral surge: autores y directores se quejan de una política teatral poco acertada, a pesar de la creación de organismos (Centro Dramático Nacional…). Frente a ello, aparece el teatro de tipo musical, gran espectáculo, de procedencia norteamericana. Hay, pues, una dispersión de tendencias: 1) los consagrados (Buero, Sastre, Gala…); 2) los que se dan a conocer en la transición (Sanchís, Alonso de Santos…); 3) Autores jóvenes de la democracia (Mª Manuela Reina, Paloma Pedrero…). De todos habría que destacar a Fernán Gómez, con el recuerdo de la guerra en Las bicicletas son para el verano; al recientemente desaparecido Adolfo Marsillach con el teatro crítico en Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?; teatro alternativo, etc.
El teatro ha dejado de ser el espectáculo por excelencia. Sufre la despiadada competencia de la televisión, el cine, el vídeo, los espectáculos deportivos y numerosas formas de entretenimiento. Las formas de vida actuales, la moderna dispersión urbanística de las grandes ciudades… son factores del alejamiento del gran público de las salas teatrales, además de que el mundo teatral tampoco ha sabido encontrar nuevas fórmulas atrayentes para el espectador.
En síntesis:
Teatro de la censura (antes del 75): crítico (realista y no realista) y de consumo® Teatro en el exilio (Alberti, Aub, Casona)/ Teatro de posguerra (burgués, cómico y realista)/ Teatro de los 50 o social (Buero, Satre)/ Teatro de los 60 o experimental (Nieva…)
Teatro de la democracia (desde el 75): dispersión, grupos independientes, crisis…
C)
El teatro de los 50:
Se le ha llamado TEATRO SOCIAL; denuncia la injusticia social, la incultura, y su objetivo es educar y mejorar la sociedad. Sobre el alcance y finalidad de este teatro polemizaron sus dos principales representantes (Buero y Sastre). Sastre es partidario de un teatro de agitación social, teatro enfrentado al poder o “teatro de la ruptura” (imposibilismo); Buero defiende un teatro de lo posible, donde el autor debe acatar ciertas normas del sistema social para que sus obras puedan subir a los escenarios y desde allí ejercitar la lucha contra la injusticia (posibilismo).
Alfonso Sastre (Madrid, 1926) es el dramaturgo español más crítico de la posguerra, comprometido con sus ideas y con la renovación del teatro desde tres frentes: la crítica, el activismo y la creación. La fecundidad literaria de Sastre le ha permitido cultivar otros géneros: el ensayo, el periodismo, la poesía y la narrativa. El dramaturgo indaga en las diversas posibilidades de rebelión de los seres contra el poder injusto. El más conocido de sus dramas es Escuadra hacia la muerte; pero también hay que destacar Guillermo Tell tiene los ojos tristes, La mordaza y Muerte en el barrio. Obras posteriores son La cornada, La sangre y la ceniza, etc.
Antonio BUERO VALLEJO (1916- 2001) obtiene el Premio Lope de Vega en 1949 por la citada Historia de una escalera. Una de sus aportaciones fue el llamado efecto de inmersión, es decir, la participación del espectador en la acción dramática, aunque él no lo desee; para ello crea al final una situación de desesperanza que determina que el espectador evite los males que los personajes no pudieron superar. Los temas de su teatro abarcan el plano existencial (la soledad, el sentido de la vida…) y el plano social (injusticia…). Su obra se clasifica en tres etapas: 1ª (1949-1957) ® Temas existenciales:
Historia de una escalera
; 2ª (1958- 1968) ® Temas sociales e históricos:
El tragaluz, Un soñador para un pueblo, El sueño de la razón y El concierto de San
Ovidio
; 3ª (desde 1968) ® Temas sociales y políticos:
La Fundación
Además de los dos autores citados, es importante destacar a Lauro Olmo (La camisa), José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil), Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz…: realidad muy concreta, sin complejidad psicológica y lenguaje sencillo. Este teatro chocó muchas veces con la censura, por lo que no pudo ver cumplido su principal cometido, el de llegar al público y así intentar cambiar la sociedad. Por ello, se ha podido hablar de un “teatro de la sombra”. Por el contrario, los escenarios españoles veían una y otra vez representarse las obras de Alfonso Paso, que constituye el teatro comercial y al que casi siempre acompañó el éxito.
D)
El teatro de los 60:
Sin romper totalmente con los propósitos de denuncia, presentes en casi todos ellos, van apareciendo durante la década de los 60 y sobre todo en los años 70, varios autores que intentan una renovación del lenguaje y las técnicas dramáticas, superando las limitaciones del Realismo social, también censurado y “a la sombra”. Es el llamado teatro experimental. En él influyen grandes renovadores del teatro universal como el teatro épico (narrador en escena) de Bertolt Brecht, el teatro del absurdo (sin argumento) de Ionesco y Beckett, el teatro de la crueldad (lo violento y macabro) de Antonin Artaud y el teatro independiente, más popular. Surge así una nueva vanguardia teatral.
Las carácterísticas podrían ser: a) sustitución del personaje-persona por el personaje- signo; b) lenguaje simbólico; c) desarrollo de la acción no lineal; d) concepción del teatro como espectáculo y experimento colectivo; e) pérdida de importancia del texto; f) preferencia por lo grotesco y lo satírico.
La nómina es muy extensa: Francisco Nieva (con su teatro furioso: Pelo de tormenta)¸ Fernando Arrabal (con su teatro pánico: Los hombres del triciclo, Pic-Nic .
En 1963, estrena su primera comedia, Los verdes campos del Edén, el cordobés Antonio Gala. Más adelante estrenará Anillos para una dama, ¿Por qué corres, Ulises?, Las cítaras colgadas de los árboles y Petra Regalada. Hombre polifacético, cultiva también otros géneros: poeta, guionista, colaborador en periódicos y novelista (El manuscrito carmesí, Más allá del jardín…).
En un panorama general del teatro bajo los últimos años del franquismo hay que hacer referencia al teatro independiente: universitario, popular, variado… Así tenemos: Grupo Tábano, La Cuadra, Els Joglars, Els Comediants, etc
d) El teatro a partir de 1975: Al acabar la dictadura, y con ella la censura, comienza un periodo de auge para el teatro. No obstante, la libertad de expresión no fue completa. Pronto la crisis teatral surge: autores y directores se quejan de una política teatral poco acertada, a pesar de la creación de organismos (Centro Dramático Nacional…). Frente a ello, aparece el teatro de tipo musical, gran espectáculo, de procedencia norteamericana. Hay, pues, una dispersión de tendencias: 1) los consagrados (Buero, Sastre, Gala…); 2) los que se dan a conocer en la transición (Sanchís, Alonso de Santos…); 3) Autores jóvenes de la democracia (Mª Manuela Reina, Paloma Pedrero…). De todos habría que destacar a Fernán Gómez, con el recuerdo de la guerra en Las bicicletas son para el verano; al recientemente desaparecido Adolfo Marsillach con el teatro crítico en Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?; teatro alternativo, etc.
El teatro ha dejado de ser el espectáculo por excelencia. Sufre la despiadada competencia de la televisión, el cine, el vídeo, los espectáculos deportivos y numerosas formas de entretenimiento. Las formas de vida actuales, la moderna dispersión urbanística de las grandes ciudades… son factores del alejamiento del gran público de las salas teatrales, además de que el mundo teatral tampoco ha sabido encontrar nuevas fórmulas atrayentes para el espectador.
En síntesis:
Teatro de la censura (antes del 75): crítico (realista y no realista) y de consumo® Teatro en el exilio (Alberti, Aub, Casona)/ Teatro de posguerra (burgués, cómico y realista)/ Teatro de los 50 o social (Buero, Satre)/ Teatro de los 60 o experimental (Nieva…)
Teatro de la democracia (desde el 75): dispersión, grupos independientes, crisis…