7. 1ª mitad de siglo: — Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana → Fue uno de los aristócratas más poderosos de su tiempo, representante típico de la noblezacortesana. Reuníó una rica biblioteca, supo rodearse de sabios y compuso una abundante obra literaria. No se puede deslindar su actividad política de su dedicación literaria, ya que utiliza la palabra para conseguir mayor influencia social y política. Su producción literaria, reflejo de las tres tradiciones poéticas (la trovadoresca, la popular y la italiana) en las que se basa la poesía culta del Siglo XV, se pude clasificar en tres grupos:1) Lírica menor: integrada por canciones, villancicos y sus famosas serranillas3) Poesía doctrinal: representada por sus poemas mayores o dezires (más extensos y en coplas de arte mayor) de tema político-social, moral o religioso.2) Sonetos: es el introductor de esta forma de la poesía italiana con su obra Sonetos fechos alitálico modo. —–Juan de Mena → Destacó en su tiempo como poeta cortesano de gran erudición, relacionado políticamente con Santillana, y, como él, interesado en elevar la poesía castellana a la altura de la latina.
Escribíó, sobre todo, composiciones amorosas, satíricas, político-morales y una gran obra alegórica referida a su tiempo y a la propia condición humana en coplas de arte mayor, siguiendo el modelo del poeta italiano Dante Alighieri (el autor de la Divina Comedia): el Laberinto de Fortuna (1444). 2ª mitad de siglo: Jorge Manrique → Nacíó hacia 1440. Era miembro de una de las familias más poderosas de la sociedadcastellana, entroncada con el antiguo linaje de los Lara. Tanto su vida como su obra están profundamente marcadas por su pertenencia al clan, en el que destacan las figuras de supadre, Rodrigo Manrique, maestre de la orden de Santiago, y de su tío paterno, el famosopoeta Gómez Manrique. En su formación literaria son importantes las relaciones con su tío Gómez Manrique, así como sus vivencias en los ambientes cortesanos, principalmente el de Toledo, donde predomina la poesía dentro de los cauces del amor cortés. Su vida ejemplifica, en definitiva, el nuevo ideal nobiliario de hombre de armas y letras. Su obra poética puede dividirse en dos etapas: 1) Obra anterior a las Coplas: Se ajusta a los temas y los patrones de la lírica culta o cortesana anterior: canciones de amor y poemas satírico-burlescos en octosílabos representativos de los valores caballerescos y muy artificiosa o deslumbrante desde el punto de vista formal, por sus numerosos juegos de palabras, paradojas, etc. 2) Coplas a la muerte de su padre (1476): Obra diferenciada de su obra anterior por su asunto principal (la muerte), su estilo (sencillo, humilde, sin grandes artificios), su intencionalidad (sermón funeral, es decir, elegía y llamamiento moral a un nosotros en el que el lucimiento propio o del yo poético queda anulado) y su destino (pensadas para su recitación a un auditorio al que hay que enseñar y atraer para conmocionarlo o moverlo a la reflexión o un cambio de actitud). Temas presentes en las Coplas: La muerte como realidad o signo divino e igualatorio: el tempus fugit (´la vida se pasa’) o memento morí (‘acuérdate de que vas a morir’). Desprecio hacia lo mundanal: vanidad y caducidad de riquezas, privilegios, placeres…. Esto lleva al ubí sunt? (‘¿dónde están?’) o pregunta retórica sobre la brevedad o lo instantáneo del ser humano y sus obras. Vuelta a los valores religiosos o cristianos dominantes en la literatura medieval: se ensalza el seguimiento de la palabra de Dios, entendido como correspondencia entre las obras y la condición estamental, como forma de ganar la salvación eterna (el padre es presentado, por ello, como ejemplo de caballero cristiano). La fama o el buen recuerdo en la memoria de los demás como signo de salvación o inmortalidad. Llanto por la pérdida de un ser querido y elogio de sus virtudes. En las Coplas se reconocen tres partes: Primera: Estrofas I-XIII → Consideración general sobre la fugacidad de la vida. El poeta exhorta al ser humano a que considere su condición mortal y su destino divino. Segunda: Estrofas XIV-XXVI → Lo expuesto en la primera parte se ilustra con ejemplos concretos, la mayoría relacionados con personajes de la historia castellana reciente que demuestran cómo las personas y las grandezas han sido borradas por la muerte. Tercera: Estrofas XXV – XL → Aparece don Rodrigo y se elogian sus virtudes y las hazañas que hizo en vida. La muerte dialoga con el protagonista, que acepta con serenidad el paso a la otra vida. —– Métricamente, el poema está escrito en coplas de pie quebrado: estrofas formadas por dos sextillas con rima independiente: 8 a, 8 b, 4 c, 8 a, 8 b, 4 c. — Las Coplas se sitúan dentro de una extensa corriente literaria que se ocupa del tema de la muerte, especialmente en este momento de crisis y pérdida de valores tradicionales. Sin embargo, las Coplas se alejan de la frialdad cultista y cargada de erudición que pesaba en este tipo de poemas, y se llenan de emoción y de un sentimiento que acercan sus versos a la sensibilidad de cualquier época y las convierten, en palabras de Lope de Vega, en “dignas de escribirse en letras de oro”.