Características que definen a la generación literaria a la cual perteneció Juan Vicente González

 sumerge en sus orígenes vascos. A partir de los años sesenta inicia una etapa más experimental y tiende progresivamente hacia una poesía más metafísica en libros como Cantos y mitos (1963).
José Hierro nacíó en Madrid en 1922 y vivíó en Santander parte de su juventud, ciudad en la que colaboró con la revista Proel, creada en 1944. Volvíó a Madrid en 1952, donde trabajó en Radio Nacional de España. Ensayista y crítico de arte, además de poeta, ha recibido muchos premios literarios, siendo el más relevante el Cervantes, concedido en 1998.

Temas, evolución de su obra y estilo

José Hierro es un poeta original que no se ha anclado en ninguna de las corrientes dominantes de la segunda mitad del siglo, aunque se ha acercado temporalmente a algunas de ellas, como es el caso de la poesía social. Sus temas básicos se centran en el paso del tiempo y sus efectos, los aspectos fundamentales para la vida del ser humano, y la convivencia de lo real y lo irracional; este último tema insiste en la idea de la uníón inseparable que hay entre la vida natural y el lado mágico y oculto de las cosas.Su poesía parte de preocupaciones existenciales en las que a veces incluye el gozo y la alegría, motivos que otorgan un valor a la existencia humana, pues la alejan del sufrimiento y de la cercanía de la muerte. Esto se observa en su obra
Alegría (1947).Posteriormente evoluciona hacia lo social en Quinta del 42 (1953) y Cuanto sé de mí (1957), que engloba a su vez varios títulos anteriores. Destacan también el Libro de las alucinaciones (1964) y su última obra, Cuaderno de Nueva York (1998).Su estilo está marcado por el coloquialismo de su lenguaje, que elimina toda dificultad y barroquismo en la expresión, y por su facilidad para buscar emociones en lo aparentemente insignificante. En las imágenes que utiliza se percibe la influencia del Surrealismo.

Otras tendencias poéticas de los años cuarenta y cincuenta.Postismo:

creado por Carlos Edmundo de Ory en 1945. Mantiene una estética vanguardista interesada básicamente en la libertad expresiva y el juego, eludiendo temas más serios. A esta tendencia pertenecen también Juan Eduardo Cirlot, MiguelLabordeta y Ángel Crespo.Grupo Cántico, surgido en torno a la revista del mismo nombre fundada en Córdoba (1947). De tendencia intimista e imágenes brillantes, posee cierta influencia de la Generación del 27. Forman parte de este grupo, entre otros Ricardo Molina y Pablo García Baena.

222como el destino y la muerte, destacados en la impresionante “Elegía a Ramón Sijé”, una de las más importantes de la literatura española.

Segunda época:

con la guerra, su compromiso político queda plasmado en Viento del pueblo (1937), en el que la poesía de combate, escrita con un lenguaje directo y propagandístico, deja paso a la preocupación social (en poemas como “El niño yuntero”). En esta etapa, el autor combina perfectamente el verso libre y la métrica tradicional. Con El hombre acecha (1939), escrito en un tono más coloquial, el poeta hace referencia a su desencanto ante la tragedia de la Guerra Civil y el sentimiento de haber sido vencido.

Tercera etapa:

a ella corresponde  los poemarios escritos en prisión. El Cancionero y el romancero de ausencias (1938-1941) supone la cima poética del autor, donde va desgranando temas como la libertad, el amor y la difícil situación de su familia, con un lenguaje intenso y depurado que se apoya en estrofas muy breves. Su dramática situación personal y la cercanía de la muerte dotan a este poemario de gran fuerza y autenticidad. Impresionan también sus últimos poemas entre los que destaca “Nanas de la cebolla”, dedicadas a su hijo recién nacido.

La poesía arraigada

A esta corriente pertenecen casi todos los autores de la Generación del 36 que permanecieron en España y que se identifican con el régimen franquista, aunque posteriormente se distancien de él. Estos poetas, nacidos en torno a 1910, estuvieron vinculados a las revistas Garcilaso (1943) y Escorial (1940). Sobre todo la primera publicaba poemas de la mayor parte de estos autores, que apostaron por una poesía de corte tradicional con Garcilaso de la Vega



como símbolo de equilibrio y recuperación de los valores del Imperio español.Las carácterísticas principales de esta corriente son:Una visión del mundo distanciada de la realidad cotidiana del país. Los poetas se cobijan en una existencia agradable y ordenada que vuelve la vista a lo doméstico y familiar, al paisaje, al amor, a las cosas bellas, etcétera.Una religiosidad armónica en la que Dios, como elemento fundamental de orden, les aporta serenidad y confianza.La utilización de una métrica clásica que refleja ese espíritu equilibrado; por ello van a retomar estrofas tradicionales, sobre todo el soneto. Posteriormente, la mayoría de estos autores comenzarán a usar el verso libre.Luis Rosales.Nacíó en Granada en 1910. Colaboró en publicaciones como Cruz y Raya y entró en relación con miembros de la Generación del 27, especialmente con Lorca, al que estaba muy vinculado. Ensayista y crítico literario, además de poeta, fue nombrado académico de la Lengua en 1968 y le fueron otorgadas diversas distinciones, entre ellas el Premio Cervantes de 1982. El Retablo Sacro del Nacimiento del Señor (1940), libro en el que utiliza la métrica tradicional, muestra una sentida religiosidad e indica ya la transición hacia su obra más significativa, La casa encendida (1949). (En esta obra, el poeta quiere revivir su pasado a través de la evocación del recuerdo. En este poemario el poeta se distancia de la estética garcilista.La poesía desarraigada.Opuesta a la corriente anterior tanto temática como formalmente, la poesía desarraigada cultiva una línea existencialista, que expresa la desorientación y el caos de la vida humana. A esta corriente pertenecen autores de diferentes épocas y procedencias: Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre como representantes de la Generación del 27, y poetas más jóvenes como Gabriel Celaya y Blas de Otero, que evolucionarán posteriormente hacia la poesía social. Los poetas desarraigados se reúnen en torno a una serie de revistas (Proel, Corcel), de las cuales la más destacada es Espadaña (1944).Esta tendencia poética se caracteriza por:Un sentimiento de angustia y desesperación ante las circunstancias; la idea de haber sido arrojados a un mundo absurdo produce en ellos un vacío difícil de llenar. Dios no es ya un símbolo de equilibrio y serenidad, sino la única posibilidad de salvación del hombre, por lo que se dirigen a él increpándole y mostrándole el sufrimiento del mundo. Los temas muestran más apego a la realidad del momento (la muerte, la soledad, la violencia…). El abandono del ámbito personal para dirigirse a los demás, en un intento de solidarizarse con los que sufren; esta idea sentará, años después, las bases de la poesía social, por lo que puede verse la evolución de una corriente a otra.El estilo deja de ser clásico y se vuelve violento; esto se refleja en la utilización de un lenguaje coloquial brusco y duro; la métrica tradicional se sustituye a veces por el verso libre y el versículo.De los numerosos poetas que integran esta corriente (Ramón de Garciasol, Carlos Bousoño, Eugenio de Nora, Victoriano Crémer, etcétera) y que pasarán después a formar parte de la corriente social, destaca sobremanera una figura de la Generación del 27: Dámaso Alonso. Dámaso Alonso se integra como poeta en la Generación del 27, si bien un tanto al margen de las carácterísticas comunes del grupo, ya que publica sus mejores obras en la línea de la corriente desarraigada con la que se identifica plenamente. Es un libro de protesta y de indagación. Protesta, ¿contra qué? Contra todo. Es inútil quererlo considerar como una protesta especial contra determinados hechos contemporáneos. En el libro destacan poemas emblemáticos como “Mujer con alcuza” en el que, a través de la figura de una vieja sirvienta abandonada por su señora, el poeta clama contra la injusticia y la suerte de los abandonados del mundo; en “Insomnio”, ofrece la visión de un Madrid poblado de cadáveres reales y simbólicos,


José Ángel Valente (1929-2000)Poeta, ensayista y profesor universitario. Impartíó clases de lengua y literatura españolas en la Universidad de Oxford. Fue autor de varios ensayos y obras de crítica literaria. De forma póstuma se le otorga el Premio Nacional de Literatura en el año 2000 por su obra Fragmentos de un libro futuro.En sus primeras obras, A modo de esperanza  y Poemas a Lázaro (1960), intenta hallar la verdad a partir de la experiencia, por medio de un verso preciso y sobrio que ahonda en las preocupaciones metafísicas, las inquietudes religiosas y la infancia perdida. De este periodo son, entre otros, Mandorla (1982), El fulgor (1984) La poesía de José Ángel Valente constituye una indagación constante en el lenguaje con la finalidad de llegar al conocimiento poético y a su propia salvación. Los poemas de Gil de Biedma incorporan su vida cotidiana y privada, pero desde la mirada escéptica de un yo observador, en una combinación de aspectos emotivos y analíticos. En él, agrupó tres libros:•Compañeros de viaje. En este volumen aparece con más claridad el desdoblamiento del yo en observador y observado y se hace patente la angustia por el paso del tiempo: la vejez, antesala de la muerte, es signo de deterioro frente al recuerdo de una juventud llena de vidas y expectativas.Además, publicó A favor de Venus, un conjunto de poemas amorosos, de fuerte carga erótica, en los que deja de lado los convencionalismos. Comienzan su actividad en pleno desarrollo económico; se han formado en una situación de apertura internacional, por lo que han podido leer la obra de escritores extranjeros , y están influidos por los medios de comunicación de masas (radio, televisión, prensa, cine…).En 1970 José María Castellet reúne en su antología Nueve novísimos poetas españoles a los principales autores que van a formar la nómina del primer grupo de los Novísimos: Leopoldo María Panero, Ana María Foix, Félix de Azúa, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, José María Álvarez, Pere Gimferrer, Guillermo Carnero y Vicente Molina Foix. A estos nombres habría que añadir otros como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca o Luis Antonio de Villena, que participan de algunos de los rasgos de los Novísimos. Carácterísticas de la poesía novísima.Los rasgos más destacados de esta nueva estética son los siguientes•Deseo de ruptura con la poesía anterior: este deseo se manifiesta claramente en el rechazo del uso directo del yo, que prácticamente desaparece del poema, en la oposición al estilo realista y en la ausencia tanto de una postura ética como de una crítica social.•Modelos poéticos muy variados: por un lado, los Novísimos recuperan la vanguardia (el Surrealismo, el Cubismo, el Postismo…); por otro, recogen influencias del Simbolismo francés, del Modernismo y de poetas ingleses contemporáneos.•Exhibicionismo cultural: evitan lo anecdótico y personal; el yo desaparece, aunque el autor habla de sí mismo, sin nombrarse, a través de personajes de otras épocas que lo representan o de elementos culturales interpuestos. Practican la escritura automática, que evita el discurso lógico, y emplean técnicas como la del colage: extensas citas preceden al poema o se incorporan a él versos completos de otros autores, letras de canciones, frases publicitarias, textos de manuales de instrucciones, etc. Estudió derecho y filosofía y letras en la Universidad de su ciudad natal. Su obra literaria empezó en lengua castellana con Mensaje del tetrarca (1963), obra juvenil y clasicista, muy tradicional en la forma y fuertemente influida por Saint-John Perse. En estas dos obras destaca principalmente un intenso culturalismo, evidente tanto por las anotaciones a los poemas como por la reflexión estilística y poética que en ellas se manifiesta. Antonio Sarrión.En su poesía mezcla todo dentro de un mismo poema: diálogos, citas, recuerdos. La técnica de su quehacer poético ha sido siempre comparada con la del Surrealismo, aunque es distinta de aquélla pues «la acumulación de imágenes, aparentemente inconexa, proviene de la voluntad de expresar el caos tal y omo se vive


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