El panorama de la escena española durante la posguerra resulta pobre. Esta situación empeora tras la guerra, a ello hay que unir las limitaciones ideológicas ejercidas por la censura, que llegan hasta extremos impensables. La Guerra Civil fue un corte profundo para la trayectoria de nuestro teatro.
Al terminar unos han muerto (Valle, Lorca.); otros sufren el exilio (Casona, Alberti, Max Aub…); de escaso interés es lo que producen. En las carteleras proliferan las comedias extranjeras, salvo excepciones. En la producción de los autores españoles de los años 40 y a principios de los 50, cabe señalar las siguientes líneas:
alta comedia, teatro cómico y teatro inconformista. La ALTA COMEDIA, en la línea del teatro benaventino, fue denominada por Ruiz Ramón el teatro de “la continuidad sin ruptura”. Destacan: Pemán, Luca de Tena, López Rubio, Claudio de la Torre, Edgar Neville, Joaquín Calvo Sotelo,.. Se caracteriza por el predominio de las comedias de salón y por la preocupación por la obra bien hecha, con un diálogo cuidado y estructuras escénicas consagradas, y a veces con discreta incorporación de técnicas nuevas. El TEATRO CÓMICO desde antes de la guerra, Jardiel Poncela se había propuesto “renovar la risa”, introduciendo lo inverosímil; pero se estrelló con los gustos del público y tuvo que podar la audacia y la novedad de su ingenio. Importantes obras suyas son: Eloísa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada, Cuatro corazones con freno y marcha atrás, Los habitantes de la casa deshabitada
… Semejante será el caso de Mihura, entre cuyas obras destacan
Tres sombreros de copa, Maribel y la extraña familia, Melocotón en almíbar… Ambos, Jardiel y Mihura, presentan facetas que se han considerado precedentes del teatro del absurdo.ElTEATRO INCONFORMISTA En una línea muy distinta hay que situar el nacimiento de un teatro grave, preocupado, inconformista, que se inserta, al principio, en una corriente existencial. Dos fechas resultan claves: 1949, con el insólito estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo, y 1953, año en que un teatro universitario presenta Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre. Obras como estas son signos de un teatro “distinto” que quiere hacerse un sitio en la escena, frente a lo trivial o lo convencional. Durante unos años en ambos autores, y en alguno más, dominarán las inquietudes existenciales. Luego, hacia 1955, iniciarán un teatro social, paralelo a lo que sucede por entonces en otros géneros. Se perciben algunas variaciones que explican las novedades que se consolidan hacia 1960. Junto al público burgués, ha aparecido un público nuevo -juvenil y universitario, sobre todo- que pide otro teatro. La vigilancia de la censura se relaja levemente y tolera algunos enfoques críticos. Y ello sucede cuando, en el conjunto de la creación literaria, se extiende el llamado «Realismo social». Destacan Buero Vallejo y Sastre, el cual es además su principal teorizador. En 1956, en el libro Drama y sociedad, expone sus tesis, coincidentes con las de su manifiesto del “social-Realismo”. Se abre un debate entre estos que enfrenta, a los que están dispuestos a atenuar su crítica o a mostrarla mediante alusiones etc… Con tal de conseguir que sus obras se representen y puedan ser conocidas por el público y, otros que pretenden expresarse contotal libertad aun a riesgo de toparse con la censura y no ver sus dramas puestos en escena. En la época se identifican ambas posturas con los nombres de posibilismo e imposibilismo, y también son sus más destacados representantes Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre, respectivamente. Otros autores que se revelaron: Rodríguez Méndez con Los inocentes de la Moncloa y Carlos Muñiz con El tintero entre otros. Lo común a todas ellas es el tema de la injusticia social y de la alienación y la actitud del autor será de testimonio o de protesta. En cuanto a la estética y la técnica, tales obras se inscriben en el Realismo, aunque con diversos matices. Y, tanto por su temática como por su actitud, estos autores representan el intento de crear, un teatro comprometido con los problemas de la España en que vivían. Miguel Mihuranacíó y murió en Madrid. Su padre era actor y empresario, por lo que Miguel se movíó desde niño en el ambiente teatral. Durante la guerra dirigíó La ametralladora, revista de humor de la España “nacional”. En 1941 funda La Codorniz, que dirige hasta 1946, imponiéndole un original tipo de humor, fresco y descabellado. Mihura va adaptándose a lo que el público quiere de él. Mihura realizó su entrada en el mundo del mundo del teatro con Tres sombreros de copa, escrita en 1932, la obra desarrolla el tema de la libertad alcanzada y perdida, y supone una ruptura completa con el teatro cómico anterior. La asociación inverosímil de situaciones, los diálogos poco lógicos y los juegos lingüísticos la aproximan al teatro vanguardista de Beckett o Ionesco. La obra no fuecomprendida y habrían de pasar veinte años hasta su estreno. La decepción de Mihura fue terrible y decidíó claudicar, pasando a hacer ese teatro comercial o de consumo, al alcance de la mentalidad de los empresarios, de los actores, de las actrices y del público burgués. Todo el teatro posterior de Mihura estará por debajo de lo que supuso Tres sombreros de copa. Veintitrés comedias, en total, componen la producción de Miguel Mihura. Tras su primera obra escribíó, ya después de la guerra, tres comedias en colaboración con otros autores. Tras un paréntesis, escribe El caso de la señora estupenda (1953), evidente producto de su deseo de plegarse a los gustos del público burgués en busca de éxito. En cambio, Sublime decisión (1955) constituye uno de sus mayores aciertos: es la deliciosa historia de una muchacha que, rompiendo con los prejuicios de su época, decide ponerse a trabajar en una oficina. En 1959 alcanza otro de sus grandes aciertos, que es también su mayor éxito de público: Maribel y la extraña familia, sátira sobre la influencia de la sociedad en el comportamiento y en la valoración de la persona. De su posterior producción hay que destacar aún La bella Dorotea (1963). Pese a sus limitaciones es la primera figura del teatro cómico español posterior a la guerra. A su imaginación y a su humor, van unidas la ternura y la poesía, combinación en que reside, sin duda, la peculiaridad y el encanto de su obra.
ALFONSO SASTRE nacíó en Madrid. En 1945 fundó, junto con algunos amigos, el grupo teatral Arte Nuevo para hacer el teatro que se ajusta a sus deseos: un teatro entendido como arte social. El grupo se disuelve tres años más tarde. Funda en solitario en 1977 el Teatro
Unitario de la Revolución Socialista, teatro con un claro compromiso revolucionario activo. Sastre es un dramaturgo dedicado plenamente al teatro comprometido y de protesta. Sus piezas teatrales raramente han sido representadas en escenarios comerciales, debido a la censura y al desinterés de los empresarios. Su trayectoria dramática va ligada a la evolución de su concepción del teatro, en concreto, podemos distinguir tres etapas, que reflejan una temática y una concepción del teatro propias. ETAPA INICIAL, con el grupo de teatro experimentalArte Nuevo. Sastre inicia una actitud de protesta y de rechazo del teatro español de los primeros años de posguerra. En este período predomina la temática existencial con obras de un único acto: Escuadra hacia la muerte y El pan de todos. ETAPA CON LOS GRUPOS Teatro Realista y Teatro Unitario de la Revolución Socialista. Sastre empieza a concebir el teatro como un arte social desde el que trata de despertar la conciencia del público y la lucha revolucionaria. En esta época Sastre aborda planteamientos éticos, políticos y sociales. Aspira no solo a mostrar la realidad, sino también a modificarla. Destacan La mordaza, Muerte en el barrio, Tierra roja y Guillermo Tell tiene los ojos tristes. ETAPA DE MADUREZ, la radicalización de sus tesis revolucionarias y un giro total en la técnica dramática, que le lleva a la “tragedia compleja”. Lo nuevo de este teatro es la utilización de toda la gama de registros lingüísticos y la inclusión de otros lenguajes no verbales, como carteles y la proyección de fotografías. La obra M.S.V. presenta la figura de Miguel Servet como defensor de la verdad y víctima de la intolerancia y la hipocresía.
El teatro trágico de Sastre se opone a la concepción esperanzadora de Buero Vallejo, puesto que sus tragedias son una lucha en la que el individuo sale siempre derrotado. La misión del teatro para Sastre consiste en transformar la sociedad injusta en la que vive el ser humano.