Siglo XVI: Sociedad y pensamiento: Siglos XV y XVI: Se desarrolló en Italia un movimiento que se extiende por Europa hasta España (Renacimiento). Trajo consigo: La vuelta a la antigua cultura grecolatina: Se recuperaron las obras y los autores clásicos, de donde surgen nuevos temas, actitudes y modelos de comportamiento. El desarrollo del humanismo: Ser humano como ser supremo de la creación y trata de ser él quien dé sentido a su propia vida (antropocentrismo). El ser humano recurre a su inteligencia, a su capacidad creadora y a su aspiración a la felicidad como motores de su vida. El florecimiento de las traducciones y el prestigio de las lenguas vernáculas: La lengua empleada por los humanistas en los textos fue el latín, llegó a convertirse en la lengua universal de la cultura. Religión: Erasmo de Rotterdam: Humanista cristiano más importante. Defendíó una vuelta a la pureza evangélica y a la vivencia individual de la religión, y criticó la rigidez de las instituciones eclesiásticas. Martín Lutero: Prestó una gran atención al pensamiento de Erasmo y escribíó las tesis protestantes que dieron origen a la Reforma de la Iglesia. En respuesta a las críticas protestantes, se celebró el Concilio de Trento que dió paso a la Contrarreforma para la defensa de la tradición católica. Se creó durante el reinado de los Reyes Católicos la Inquisición española para castigar tanto la impureza de sangre como la defensa de ideas reformistas. Durante el reinado de Felipe II existíó una conciencia de que España era la defensora de los valores católicos de la Contrarreforma. Lírica italianizante: Esta nueva poesía estaba influida por dos autores italianos: Petrarca: Concibe el amor como un sentimiento supremo. Para él la amada es un ser angelical que conduce al poeta al paraíso, al considerar que la mujer ejerce atracción sobre el espíritu y los sentidos. Baltasar de Castiglione: Autor de «El cortesano», un manual de buenas costumbres, presenta el modelo del hombre de la época y fue traducido al castellano por Juan Boscán. Con la inspiración italiana llegaron a España nuevas formas métricas: Se prefiere el verso endecasílabo y heptasílabo. Se introdujeron estrofas nuevas como los tercetos encadenados (ABA), los sonetos (ABBA ABBA CDC CDC), las octavas reales (ABABABCC), las liras (combinaciones de endecasílabos y heptasílabos), las silvas y las estancias. Los temas se vieron influidos por la moda italianizante: La naturaleza:
Se representa adecuada al estado anímico del poeta, al que sirve de confidente. Petrarca y sus seguidores habían creado una naturaleza idealizada (locus amoenus) para la expresión del sentimiento amoroso. La mitología: Sirve como transposición de los sentimientos del poeta. Los tópicos: Uso de motivos comunes de temática constante como el «ubí sunt» o el «locus amoenus». Garcilaso de la Vega: Temas: La concepción petrarquista del amor: Tradición de un amor imposible inspirado por su amada. Cuando describe a la mujer amada siempre representa el ideal petrarquista de belleza femenina: ojos claros, blanca mano, hermoso cuello, rosa y azucena en el rostro, el oro del cabello. La belleza es física y espiritual. La naturaleza idealizada, refinada y armónica: Un deseo de evasión de la vida cortesana y afán de descanso y paz conducen a la descripción de prados frescos, ríos de aguas cristalinas… Responden al tópico del locus amoenus. La mitología: Garcilaso recrea los mitos en los que se conjuga el amor, la desesperanza y la muerte (Dafne y Apolo). Este mito le sirve como disfraz de sus propios sentimientos. Estilo: Recupera de los clásicos los tópicos de «carpe diem» para insistir en el paso del tiempo y el «locus amoenus» para describir una naturaleza idílica que crea el ambiente idóneo para el encuentro de los enamorados. Entre los rasgos estilísticos más importantes en la poesía de Garcilaso destaca el uso de la metáfora (abundan elementos propios de la naturaleza), el epíteto, el hipérbaton (se imita la sintaxis latina), la aliteración (ayuda al poeta a crear una atmósfera adecuada y la personificación (elementos rurales).
Obra: Compuso tres églogas, dos elegías, una epístola, cuatro canciones, la Oda a la flor de Gnido, 38 sonetos y 8 canciones en versos castellanos. En los sonetos y canciones, Garcilaso combina el estilo petrarquista con la retórica amorosa y los tópicos de la lírica del cancionero. Las elegías son una muestra del influjo de los clásicos. Posteriormente, evoluciona hacia la poesía de influencia clasicista y de mayor intensidads emotiva. Las églogas son las obras más importantes de Garcilaso. Son tres: Égloga I: Creación más significativa porque combina la pasión amorosa y la perfección formal. En ella el poeta proyecta su propia experiencia amorosa en dos pastores: Salicio, que manifiesta el despecho de la amada, y Nemoroso, que expresa el dolor por la muerte de Elisa, su amada. Égloga II: Es la más extensa. Consta de dos partes: en la primera se relatan los amores desgraciados entre la pastora Camila y Albanio; la segunda es una apología alegórica de la casa de Alba. Égloga III: Poema escrito en octavas reales. Cuatro ninfas bordan escenas que representan historias de amor: las tres primeras tejen historias mitológicas y la cuarta la historia de la ninfa Elisa y el pastor Nemoroso. La lírica religiosa: Dentro de la literatura religiosa se distingue la literatura ascética y la mística. La ascética y la mística son dos partes de la teología que afirman que es posible conseguir la uníón del alma humana con Dios antes de la muerte. La ascética: Trata de perfeccionar a las personas mediante una vida de esfuerzo y sacrificio. Destacan autores como Fray Luis de León, de Granada y San Juan de la Cruz. Aunque hay una gran producción lírica, las obras más representativas están escritas en prosa. La mística: Aspira a la uníón del alma con Dios. Este proceso se desarrolla en tres etapas o vías: la purgativa, el alma se despoja de las ataduras terrenales; la iluminativa, supone la paz que proporciona la presencia de Dios y la unitiva; la mística; el alma se une con Dios. El místico es un elegido por la gracia de Dios. Destacan San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
LÍRICA Siglo XVII: El Barroco es el movimiento cultural y artístico que se desarrolló a lo largo del Siglo XVII. Coincide con un periodo de crisis económica, política y social. Los grandes escritores del Barroco amplían los cauces expresivos y se deja paso a las siguientes actitudes: Dominio creciente de los sentidos. Vitalismo alegre. Desengaño angustiado y vital. Aceptación resignada de la vida. Forma: La poesía barroca continúa las formas que se impusieron en el Renacimiento a la vez que es capaz de mezclar elementos cultos con otros vulgares. Métrica: Presentan gran variedad métrica: Versos italianos: El endecasílabo y sus combinaciones. Versos castellanos: Emplean el octosílabo en redondillas, quintillas y letrillas. Se generalizó la técnica de la glosa y se fijó una nueva estrofa: la décima. Romances: El gusto por este tipo de composiciones se acentuó y se escribieron multitud de ellos, acordes con las preferencias barrocas. Recursos expresivos: La poesía barroca está llena de recursos expresivos: metáforas, paradojas, hipérboles… Que llenan los poemas de esta época. Culteranismo: Esta corriente poética recibe su nombre de uno de sus rasgos más carácterísticos: el uso de cultismos. Su creador y principal cultivador fue Góngora. Los principales rasgos de la estética culturana son: Uso abundante de cultismos por la expresividad significativa que aportan y por su valor musical, sobre todo los esdrújulos. Sintaxis latinizante, de gran complicación y léxico colorista. Expleo de recursos retóricos, como metáforas, aliteraciones, hipérbatos… Desarrollo de la forma a expensas del contenido. Conceptismo: Esta corriente poética emplea un estilo que se basa en la asociación ingeniosa y sorprendente de ideas y palabras. Sus principales cultivadores fueron Quevedo y Baltasar Gracián. Los rasgos más carácterísticos de esta corriente son: Uso de un léxico racionalista que revaloriza las tendencias lógicas contra las emocionales, se busca el significado, no la emoción. Creación de palabras mediante la composición y la derivación inesperada. Empleo de recursos retóricos, como metáforas, antítesis… Es importante el uso del oxímorón. Desarrolla el contenido a expensas de la forma. Estilo de Góngora: El rasgo más evidente de la poesía de Góngora es la dificultad, que entiende como acicate para la inteligencia y la sensibilidad. El poeta emplea cultismos, hipérbatos, metáforas y aliteraciones para evitar la expresión directa y para potenciar la musicalidad de los versos. Busca crear una lengua poética con las más amplias y variadas posibilidades expresivas. Cultismos: Góngora emplea palabras de origen latino con el fin de alejarse de lo cotidiano. El cultismo, con su valor fonético esdrújulo, se inserta en el endecasílabo gongorino, cuando recibe el acento rítmico refuerza la acentuación de todo el verso. Hipérbatos: Se trata de un cultismo sintáctico que Góngora usa para dar flexibilidad y soltura a la lengua, resaltar el valor fónico o colorista de una palabra.
Alusiones mitológicas: Funcionan como paso de lo abstracto a símbolos concretos: el amor se reduce a Cupido; la guerra a Marte… Metáfora: Góngora la emplea como fórmula de estilización de una naturaleza en la que ha desaparecido lo feo, incómodo o desagradable. Obra: Poemas populares: Composiciones en metros cortos, romances y letrillas. En las poesías predominan los elementos populares, pero tienen la misma complejidad estilística que los de tipo culto. Los temas de los romances son variados: pastoril, mitológico, lírico… Los más conocidos son «Servían en Orán al rey» y » Amarrado al duro banco». Las letrillas son composiciones satíricas de versos octosílabos o hexasílabos, con un estribillo que se repite al final de cada estrofa. Poemas cultos: Entre los poemas cultos se encuentran los sonetos, las canciones y las obras mayores. Estas son sus obras mayores: Fábula de Polifemo y Galatea: Poema mitológico escrito en octavas reales. Narra la historia del cíclope Polifemi, enamorado de la ninfa Galatea, quien está enamorada de Acis. Cuando Polifemo lo descubre, lanza sobre Acis una roca y este se convierte en río. Soledades: Es un poema lírico, compuesto en silvas de rima consonante, con el tono y la extensión del poema épico. Se trata de un canto a la naturaleza, a la vida rural.
Estilo de Quevedo: Quevedo fue un genio de la lengua y sus rasgos más carácterísticos son: Empleo de metáforas: Algunas de profunda raigambre tradicional y literaria, pero originalmente transformadas. Sustantivaciones insólitas: «Soy un fue, y un será, y un es cansado». Recursos intensificadores: Uso de repeticiones y polisíndeton. Superlativos: Se aplican a palabras que no lo toleran: «Érase un naricísimo infinito». Juegos de palabras: «Dos maravedís de luna/alumbran a la tierra, hablando de los cuartos crecientes y menguantes de la luna». Hipérboles: «Érase un hombre a una nariz pegado». Traslados del significado: Traslada de una palabra a otra sus significados: «Los «médicos con que miras/los dos ojos con que matas». Creación de palabras nuevas: «Que porque el fuego tiene mariposas/queréis que el vino tenga marivinos». Antítesis: «Fue sueño ayer; mañana será nada». Oxímorón: «Es hielo abrasador, es fuego helado». Epítetos: «Pobre y turbio río, negro mar». Paronomasias: «Tengo, en queriéndome dormir, sueño de pluma y de plomo». Métrica: Como vehículos de expresión poética cultivó sonetos, silvas, romances y letrillas.