Los años 40:
predominan la censura y el exilio, y destacan dos tendencias:-Novela existencial: se basa en la desorientación, hostilidad de la vida y angustia. Destacan Nada (1944) de Carmen Laforet, y La sombra del ciprés es alargada (1947) de Delibes.-Tremendismo: se basa en la desgracia. Destaca La familia de Pascual Duarte (1944) de Cela.
Los años 50:
disminuye e aislamiento y los jóvenes de la guerra adoptan actitudes críticas. Destacan dos tendencias:-Neorrealismo: se basa en los problemas del hombre y destacan Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1956) y Carmen Martín Gaite con Entre visillos.–Novela social:
La Colmena (1951) de Cela, hace de precedente introduciendo los problemas sociales. Se basa en la crítica y el estilo sencillo para llegar a un amplio público. Destaca Salinas con La Mina.
Los años 60:
se basa en la experimentación y la renovación. Los escritores son influidos por autores europeos, norteamericanos y latinoamericanos. Aumenta la complejidad. También aparece la denuncia social aunque ya no es el principal objetivo. Destacan Tiempo de silencio (1962) de Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo.12. LA NOVELA Y EL CUENTO HISPANOAMERICANO Novela regionalista:
hasta los años 40 siguieron con el Realismo costumbrista. Se dan las siguientes tendencias temáticas: -Novela de tierra: describe la naturaleza con grandiosidad (La Vorágine)-Novela indigenista: narra las injusticias provocadas por los blancos (El mundo es ancho)
-Novela política: referidas a la revolución mexicana (Los de abajo)
Realismo mágico:
entre 1945 y 1960 la literatura muestra una nuevo concepción del mundo y de la vida. Los principales cambios fueron: -Abandono del interés por lo rural e integración en lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo -Introducción de lo fantástico, lo onírico y lo irracional (Realismo mágico -Se adoptan nuevas técnicas narrativas. Destacan El pozo de Juan Carlos Onetti y La vida breve del mismo.El boom del Realismo mágico:
en los 60 se produce el boom de la literatura Hispanoamericana debido al apoyo recibido por las editoriales españolas. Las principales carácterísticas son: el uso de elementos fantásticos que son normales en los personajes, presencia de lo sensorial, abarcamiento de mitos y leyendas y múltiples narradores. Los temas que destacan son: la crisis existencial del individuo, el dictador y la historia de Hispanoamérica. Destacan La ciudad y los perros de Vargas Llosa y Cien años de soledad de García Márquez.Novela más reciente:
a partir de los años 60 se reduce la complejidad técnica, prevalece la narración realista incluyendo el habla coloquial y el Realismo mágico. Destacan:Crónicas de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera de García Márquez y La casa de los espíritus de Isabel Allende.
El cuento hispanoamericano:
ha sido cultivado en Hispanoamérica, destacan Horacio Quiroga, José Luís Borges, Onetti, Isabel Allende y Monterroso, quién también ha cultivado el microrrelato junto con Juan José Arreola, Luís Britto García y Julio Cortázar.14. LA NARRATIVA DESDE 1970 HASTA NUESTROS DÍAS Los años 70:
En los años setenta continúa escribíéndose novela experimental, una novela con ruptura temporal; punto de vista múltiple, con la técnica del contrapunto; uso del monólogo interior y digresiones; lenguaje culto y sintaxis compleja. A partir de 1975 hay un auge de los grupos de comunicación de masas y una generalización de la cultura. Los excesos experimentales comenzaron a mitigarse con autores como Eduardo Mendoza, quien aúna el experimentalismo con la recuperación de la intriga y el relato tradicional en La verdad sobre el caso Savolta.Años 80-90:
os autores más destacados de esta etapa pertenecen a distintas generaciones: narradores de posguerra renovados conviven con autores de los años 60 y de los 70. En los años 80 y 90 destacamos a Almudena Grandes, Benjamín Prado, Martín Casariego Córdoba, Lucía Etxebarría, Juan Manuel de Prada, Vizcaya. Hay distintas tendencias narrativas según los temas, la forma (epistolar, dialogada) o el tono (intimista, lírica). En esta diversidad podemos destacar: -La novela histórica, muchas veces de intención paródica: G. Torrente Ballester en Crónica del rey pasmado, No digas que fue un sueño de Terenci Moix;En busca del unicornio de Juan Eslava Galán recrea la Edad Media. Miguel Delibes escribe El hereje o Arturo Pérez-Reverté La tabla de Flandes.
Aunque no se consideran obras históricas, se refieren a un pasado muy reciente. -La metanovela o novela especular, consiste en incluir la narración como centro de atención del relato y reflexionar sobre la creación novelística:
Beatus Ille de Antonio Muñoz Molina. -La novela intimista vuelve a lo privado con el análisis psicológico de los personajes femeninos: Rosa Montero con Te trataré como a una reina o El desorden de tu nombre de Juan José Millás. -La novela lírica. Las narraciones intimistas, neoexistenciales, llamadas memorialismo narrativo o relato de formación, desarrollan el proceso de un individuo en formación, su acceso a la experiencia. Destacan:
La lluvia amarilla de Julio Llamazares y las obras de Javier Marías:
Todas las almas y Corazón tan blanco.
El Siglo XXI:
A principios del Siglo XXI, los novelistas actuales en castellano conciben la novela como un espacio de rearfimación de lo que la novela ha sido durante el Siglo XX. Pero una segunda línea parece aspirar a su disolución. Estas novelas se caracterizan por su superación de los géneros, por la ruptura de todas las unidades (espacio, tiempo, narrador) y por estrategias autoficcionales complejas y polisémicas y cierto grado de desconfianza o al menos de inconformidad la definición de novela y el lenguaje que se transcribe. Los personajes, la verosimilitud, el relato se difuminan. En el comienzo del nuevo siglo destaca la novela corta, el cuento y el microrrelato. Destaca Alberto Méndez, que en Los girasoles ciegos (2004) engarza cuatro historias de posguerra y los microrrelatos de Luís Mateo Diez, J. Mª Merino o Juan Pedro Aparicio. En este comienzo de siglo se produce la consolación de autores como Javier Cercas, Pérez Reverté, Luis Mateo Díez y Enrique Vila-Mata.En los últimos años hay eclecticismo: se escriben memorias, autobiografías, libros de viaje, cuentos, relatos, microrrelatos y novela de todas las tendencias.Narrativa de más o menos calidad, en todos los soportes, como los informáticos (blogs, foros…). Si acaso, podemos destacar dos tendencias donde se ha unido la aceptación de la crítica y la del público: – La novela histórica tanto del pasado remoto como presente- La novela policíaca, que pasa de ser un género best-seller, de subliteratura, para ser cultivada por autores de calidad.
13. LA LÍRICA DESDE 1970 HASTA NUESTROS DÍAS Los novísimos (70-80):
en los años 70 se publican obras relevantes de autores anteriores, como José Ángel Valente con Punto cero. José María Castellet publica en 1970 Nueve novísimos poetas españoles
. Algunos de los más significativos son Manuel Vázquez Montalbán, Guillermo Carnero, Ana María Moix o Vicente Molina Foix. Las carácterísticas de este grupo son: aportan una nueva sensibilidad, son frecuentes sus viajes al extranjero y la influencia de autores de otros países, redescubren al grupo Cántico y al Postismo, su formación intelectual es muy amplia («culturalismo»), rechazan la poesía social, lo importante es el estilo, se usan procedimientos experimentales, se proclama la autonomía del mundo poético respecto de cualquier referente externo. Dentro de este grupo podemos distinguir dos líneas: -Autores de la década de los 60. Muy influidos por Pere Gimferrer y Vázquez Montalbán (A la sombra de las muchachas sin flor)
. Gimferrer a los veinte años obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Arde el mar, con Surrealismo, culturalismo, riqueza imaginativa… -Autores de los años finales de la década. Influidos por el decadentismo de Kavafis. Son más esteticistas. Aparece, según Miguel D’Ors, una poesía del silencio, minimalista, y una poesía neosurrealista (se fijan en el 27). Podemos señalar como carácterísticas que definen a la poesía de los ochenta las siguientes: recuperación de los poetas de los sesenta, renovación de temas, relectura de la tradición, vuelta a la narración y empleo del lenguaje coloquial, empleo del humor y la parodia. La ironía y el distanciamiento son asimismo carácterísticos.
Los 80-90:
en la década de los noventa se impone la «poesía de la experiencia». Propugnan una poesía realista, que habla de la vida y de la realidad cotidiana, con una expresión coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la emoción. Destacan Luis Alberto de Cuenca y Felipe Benítez Reyes (Equipaje abierto). Realizarán una poesía que ha sido definida como lárica (del latín LARES). Cuidan el lenguaje sin que se convierta en una obsesión.