1. Rasgos temáticos y formales de la nueva narrativa hispanoamericana y su reflejo en La casa de los espíritus
La renovación estética de la narrativa hispanoamericana se produjo en los años 50-60 con el Realismo mágico y el posterior éxito comercial y artístico, el llamado boom de la literatura hispanoamericana. Esta corriente del Realismo mágico busca descubrir la identidad latinoamericana desde la síntesis de la realidad y la fantasía. A esta corriente le siguió el postboom o la Nueva narrativa, en los años 80, a la que pertenece La casa de los espíritus.
Esta corriente es continuadora del Realismo mágico, pero con diferencias, como vemos en la novela de Isabel Allende:
Esta corriente es continuadora del Realismo mágico, pero con diferencias, como vemos en la novela de Isabel Allende:
– Las estructuras narrativas son más sencillas. Y se incluyen elementos de la cultura popular: La casa de los espíritus contiene elementos de una novela sentimental con rasgos de folletín.
– Se recurre a la memoria y uso de hechos históricos y autobiográficos: en La casa de los espíritus se observa el trasfondo histórico, las experiencias propias, la denuncia social, ideológica y política.
– Se mezcla lo extraordinario con lo cotidiano: aquí espíritus domésticos y elementos mágicos o sobrenaturales forman parte de lo cotidiano, pero en menor grado que en la época anterior.
– Los personajes representan al ser humano común. Y sobresale el protagonismo de las mujeres en lucha por su independencia de los valores patriarcales y por la libertad.
– Destaca la presencia del amor (de los sentimientos que provoca, de la sensualidad) y del humor (surrealista, absurdo, de ruptura de lo esperado) como integrantes de lo cotidiano.En cuanto a los rasgos formales (las técnicas narrativas) de esta Nueva narrativa en La casa de los espíritus, encontramos: la ruptura de la linealidad temporal (mediante el flash back o las anticipaciones); el predominio del espacio urbano (la gran casa de la esquina: la casa de los espíritus), aunque también tiene importancia el rural (el fundo de Las Tres Marías); la multiplicidad del punto de vista y la polifonía (dos narradores en el relato, Alba y Esteban Trueba, y múltiples voces que se hacen notar en el texto); y la estructura narrativa circular: la obra empieza y acaba con la voz de Alba y las palabras escritas por Clara.
3. Aspectos políticos y sociales reflejados en La casa de los espíritus
En cuanto a los aspectos políticos, en la novela se alude a la historia reciente de Chile: el triunfo en 1970 del socialista Salvador Allende, el primer presidente marxista en el mundo que accedíó democráticamente al poder; la feroz y desleal oposición de la derecha; y el cruento golpe militar, con el apoyo de la derecha chilena y del gobierno estadounidense, en 1973.
Pero también se evoca la realidad política anterior: un amplio periodo antidemocrático y de desigualdades e injusticias (desde 1910 aproximadamente). Esto se ve reflejado en el personaje de Esteban Trueba, símbolo de la oligarquía rural capitalista, tiránica y corrupta. Esteban Trueba actúa movido por sus intereses como propietario, no respeta la dignidad de los que él considera inferiores, los campesinos, especialmente de las mujeres, no tolera “revoltosos”, es partidario de manipular las elecciones, y alienta las revueltas y apoya el golpe militar para acabar con el gobierno legítimo.
Aunque al final de su vida comprende el alto precio que ha pagado por ello.
Junto con los políticos, los conflictos sociales son el otro eje central de la novela. En ella se retratan todas las clases sociales de Chile.
La clase alta, representada por los caciques, que se comportan como señores feudales (como Esteban Trueba). Mientras que la clase baja está retratada, en general, como sumisa y resignada ante los abusos (las vejaciones a Pedro Segundo, el capataz de la finca, y a los indígenas que allí trabajan). Pero también surgen voces discrepantes, revolucionarias (Pedro Tercero y Miguel). Pedro Tercero se dedica a la canción protesta para denunciar las injusticias (como Víctor Jara, famoso cantautor chileno, torturado y asesinado por los golpistas). Miguel, universitario a pesar de su extracción social, representa la vía violenta del marxismo en el poder (en la realidad histórica, era la postura que defendía el MIR). Por último, cabe mencionar a Esteban García, nieto ilegítimo de Esteban Trueba, personaje sin escrúpulos, traidor a su clase, que, como carabinero (policía), se convierte en torturador de Alba, que lleva su misma sangre.
4. El Realismo mágico y La casa de los espíritus
El Realismo mágico es la corriente de la novelística hispanoamericana que triunfa mundialmente en la década de los 60. Es una renovación literaria que pretende descubrir el mundo latinoamericano desde la síntesis de la realidad y la fantasía, superando el Realismo tradicional (el de lo perceptible). Considera que la realidad “no tiene límites”, puesto que a ella pertenecen objetos y sueños; realidades materiales y elementos sobrenaturales. Se trata, pues, de contar cosas imaginarias o sobrenaturales como si fueran reales y cotidianas, y viceversa. Entre sus representantes se hallan Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.
Los rasgos generales del Realismo mágico son: lo real maravilloso, lo fantástico, no es algo tangencial a la realidad sino un componente básico que la enriquece; la novela se hace experimental: con estructuras narrativas complicadas, polifonías y rupturas del tiempo narrativo; los escenarios que suelen aparecen son rurales, marcados por la pobreza y la marginalidad social, donde lo mágico y mítico forma parte de la vida cotidiana de las gentes; y la muerte está muy presente en la vida de los personajes, no se sabe si algunos están vivos o muertos, pero también es posible que mueran y vuelvan a vivir.
Isabel Allende pertenece a la generación posterior al boom del Realismo mágico. La que se
llamó postboom o Nueva narrativa, con novelas escritas en torno a 1980. Y en La casa de los espíritus, encontramos presentes rasgos del Realismo mágico, aunque de manera moderada:
– Lo mágico, lo fantástico e incluso lo milagroso: premoniciones que cumplen (futuros matrimonios, muertes), “enfermedades” extrañas como el mutismo de Clara, aparición de muertos para anunciar su defunción, espíritus que transitan por la casa, sanaciones milagrosas como la de los huesos rotos de Trueba por el curandero Pedro García.
– Lo mítico o legendario: el viejo Pedro García acaba con la plaga de hormigas, como un héroe bíblico; aparece un perro de leyenda o mito urbano, Barrabás, medio can y medio yegua.
– Los aspectos formales: multiplicidad de narradores (combinando la primera y la tercera persona), polifonía (diversidad de voces que ayudan a crear una realidad compleja y mágica) y estructuras narrativas no lineales (con frecuentes saltos temporales hacia el pasado o el futuro).