Tema 12: La poesía posterior a 1936
1.- La poesía de la primera generación de posguerra ( años 40 y 50)
Ya desde los años 40, los poetas que siguen en España se orientan hacia diversos caminos que , Dámaso Alonso, con fórmulas ya consagrada redujo a dos:
ÀPoesía arraigada:
En su centro se halla un grupo de poetas que se agrupan en torno a la revista GARCILASO, de ahí que se les llamara también los garcilasistas. Estos poetas vuelven sus ojos hacia Garcilaso y hacia otros “poetas del Imperio”. Han salido de la contienda con un afán optimista de claridad, de perfección, de orden, así en puras formas clásicas encierran una visión del mundo coherente, ordenada y serena. Dominan una poesía con firme sentimiento religioso, junto con temas tradicionales (amor, paisaje, etc).
Es un grupo formado por novelistas como Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco,…
ÀPoesía desarraigada:
Se opone a la anterior en que, para quienes la cultivan, el mundo supone un caos y una angustia y la poesía una búsqueda de ordenación y ancla. La religiosidad también estará muy presente, pero adopta en ellos el tono de la desesperanza, de la duda, a veces o se manifiesta en imprecaciones a Dios sobre el misterio del dolor humano. Estos autores están muy lejos de toda serenidad o armónía y su poesía se desarrolla con un estilo más sencillo y directo y se inicia con la aparición de hijos de la ira de Dámaso Alonso.
También en este caso existen ciertas revista que acogen a los poetas de esta tendencia como PROEL, CORCEL y ESPADAÑA.
Es un grupo compuesto por poetas como Vicente Gaos, y las primeras obras de Gabriel Celaya y Blas Otero. Estos mostraron como este tipo de poesía existencialista va a derivar en una POESÍA SOCIAL de testimonio, ya en los años 50.
Temáticamente cobra gran importancia la preocupación general por España, se sitúan temas concretos como la injusticia social, la alienación, el anhelo de libertad y de un mundo mejor….
Con la intención crítica que los sustenta, explican las notas dominantes en el estilo, dirigíéndose a la mayoría, expresan su voluntad de llegar al pueblo que conduce al empleo de un lenguaje claro y a un uso sistemático del tono coloquial
1.1.- La obra poética de Blas otero
Podemos distinguir un tipo de poesía existencial que comienza a caminar hacia lo social, la poesía de Otero sigue un proceso que va del yo al nosotros, pero es un camino lleno de paradas como son las que marcan la relación entre el yo y Dios o entre el yo y el tú. En primer lugar, el yo se dirige a Dios en espera de respuestas, de soluciones a su angustia. Pero Dios no responde e incluso se muestra como ejecutor (Ancia, es las siguientes obras refundidas, Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia). Después su poesía desemboca de lleno en lo social, donde el protagonista es el hombre social, político…
Paralelamente a ellas, experimentarían un cierto desarrollo de otras vertientes poéticas como:
El postismo: En medio de las corrientes ya citadas, el postismo supone una sátira de las mismas y un intento de enlace con la poesía de vanguardia de los años 20. Reivindican así, la libertad expresiva, la imaginación, lo lúdico, rechazando la angustia existencial y presentando frente a los problemas una rebeldía subjetiva, que prescinda de lo externo y refleje lo interior de modo ilógico. Sus principales representantes son Gloria Fuertes, Ángel Creso… Estos autores no hallarían relevancia hasta finales de los 50 gracias al interés que por ellos mostraron los novísimos.
Miguel Labordeta: Cultivó una poesía rebelde en la que se refleja un mundo de angustia y dolor, pero a través del Surrealismo y el experimentalismo. Destacamos Autopía.
Grupo cántico: Esta revista comienza publicarse en córdoba en 1947 y como Espadaña, corcel, su tono nada tiene que ver con las posturas de Garcilaso, sino que va a desarrollar una poesía intimista y de gran vigor estético, una poesía sensorial y muy elaborada formalmente, alejada de la angustia y el testimonio. El representante más conocido es Pablo García Baena.
José Hierro: En estos años comienza a escribir y por su evolución y originalidad constante, se resiste difícilmente al encasillamiento en la dicotomía poesía arraigada o desarraigada. A mitad de camino entre la poesía social, la de los años 50 y la que posteriormente se desarrollará en los 60. Surge el conflicto en la poesía española sobre si el fin de ésta debe ser la comunicación con los demás o conocimiento, un fin más intimista, lo que caracterizará la poesía de los años posteriores. No pertenece en exclusiva a ninguno de los dos tipos, ya que en ocasiones desarrollará una poesía testimonial y otras veces sus poemas serán más intimistas., entre sus obras destacamos Alegría y Agenda…..
2.- De la poesía social a la poesía de la segunda generación de posguerra
Entre la primera y la segunda generación no existen diferencias tajantes, sino que se trata más bien de un cambio de tono y de perspectiva a la hora de abordar los asuntos. Y su mayores diferencias son:
Los poetas de la 2ª generación se comprometen políticamente con el mundo en que viven y muestran su inconformismo, de un modo menos testimonial, mas escéptico y distanciado.
Deriva del hecho de que en la citada dicotomía entre poesía como comunicación y poesía como conocimiento, los autores de la 2ª generación de posguerra defienden esta última y crean no un arte mayoritario, sino un arte que busca la comprensión.
Van a llevar a cabo una poesía más intimista que refleja una preocupación fundamental por el hombre, pero en su vertiente existencial. Retornan a lo íntimo y son frecuentes temas como la evocación nostalgia de la infancia, etc.
Frente al descuido y prosaísmo de ciertos autores de la 1ª generación, se busca ahora una mayor tensión y elaboración poéticas.
Los nombres que se harán ahora más notorios serán los de Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma y José ángel Valiente.
2.1.- La obra de Jaime Gil de Biedma
Considerado uno de los poetas más importantes de la poesía española del Siglo XX, formó junto al editor y poeta
Carlos Barral y José Agustín Goytisolo, la escuela de Barcelona, siendo uno de sus miembros más destacados. Fue un emblema para muchos escritores de la Generación del 50. Condujo su poesía por nuevos terrenos más coloquiales y cercanos a la realidad cotidiana, sin perder ni un ápice de calidad y refinamiento, dando como resultado una poesía sincera, honesta y limpia.
Su estilo es muy carácterístico: Rigor poético, claridad, fina ironía, búsqueda de la identidad, paso del tiempo y una cierta obsesión vital por el hedonismo. Su obra fue breve pero obtuvo el reconocimiento de forma inmediata entre sus contemporáneos, convirtiéndose en una de las figuras literarias.
Uníó toda su obra poética en Las personas del verbo
3.- La renovación de finales de los 60 y comienzos de los 70: Los novísimos
En la editorial de Carlos Barral, se publica la polémica y caprichosa antología de Nueve novísimos poetas españoles, que era un grupo formado por 9 poetas tal y como indica el nombre. Esta es la primera generación de poetas nacidos después de la Guerra Civil, que comienzan a escribir en una “sociedad de consumo”, que manténía una estrecha formación católica tradicional, donde los niños se evadían a través de la lectura de tebeos, a la espera de quedar deslumbrados frente al cine americano, el jazz, el pop-rock, etc.
En 1970 la antología se presentaba a la sociedad española desafiando, rompiendo barreras y esgrimando nuevos estilos de escritura. Los poetas allí presentados, reivindicarían todo lo que durante las últimas décadas se había rechazado: Decadentismo, esteticismo, lujoso léxico modernista, etc. La propuesta novísima regeneró el
ambiente literario español, trazó caminos y posibilidades, enseñó a escribir y a leer a muchos jóvenes poetas, a enfocar el acto de creación de forma distinta y sirvió de ayuda y de estímulo a muchos jóvenes que entonces empezaban.
Defendían el individualismo y el irracionalismo, la modernidad, se sentían cercanos a las vanguardias, al Surrealismo, a los escritores malditos y a los decadentes, amigos de celebrar a poetas de segunda fila, o a aquellos que sí habían sido relegados en la inmediata posguerra española. Fascinados por la cultura francesa y anglosajona, se alejaban conscientemente de la realidad española que les rodeaba, haciendo que sus poemas dieran cabida, en largas enumeraciones, a referencias, glosas y citas en varios idiomas de pintores, directores….
Una carácterística importante fue el culturalismo y la contracultura al mismo tiempo. Se trataba de crear una nueva realidad a través del poema, con sus citas, silencios retóricos, exotismos geográficos, irracionalismos y las enumeraciones caóticas, se rendía culto a la palabra y lo de menos era el sentimiento del poeta.
Esta actitud fue muy criticada por los conservadores y criticaban las largas enumeraciones haciendo referencia a mundos culturales que ellos desconocían.
ambiente literario español, trazó caminos y posibilidades, enseñó a escribir y a leer a muchos jóvenes poetas, a enfocar el acto de creación de forma distinta y sirvió de ayuda y de estímulo a muchos jóvenes que entonces empezaban.
Defendían el individualismo y el irracionalismo, la modernidad, se sentían cercanos a las vanguardias, al Surrealismo, a los escritores malditos y a los decadentes, amigos de celebrar a poetas de segunda fila, o a aquellos que sí habían sido relegados en la inmediata posguerra española. Fascinados por la cultura francesa y anglosajona, se alejaban conscientemente de la realidad española que les rodeaba, haciendo que sus poemas dieran cabida, en largas enumeraciones, a referencias, glosas y citas en varios idiomas de pintores, directores….
Una carácterística importante fue el culturalismo y la contracultura al mismo tiempo. Se trataba de crear una nueva realidad a través del poema, con sus citas, silencios retóricos, exotismos geográficos, irracionalismos y las enumeraciones caóticas, se rendía culto a la palabra y lo de menos era el sentimiento del poeta.
Esta actitud fue muy criticada por los conservadores y criticaban las largas enumeraciones haciendo referencia a mundos culturales que ellos desconocían.