Teatro Español hasta 1936: El Teatro Triunfante y la Innovación
El Teatro Triunfante se caracteriza por ser un teatro del agrado del público, comercial, aburguesado y poco crítico. Dentro de esta corriente destacan el teatro realista de Jacinto Benavente (Los intereses creados, Premio Nobel de Literatura), el teatro poético de Marquina o Villaespesa, y el teatro cómico de los Hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches (La Señorita de Trevélez) y Pedro Muñoz Seca (La Venganza de Don Mendo).
En la primera mitad del siglo XX, también existe un teatro innovador que, en numerosas ocasiones, no pudo llevarse a escena. Sus dos figuras principales son Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca.
Análisis de ‘La Casa de Bernarda Alba’
Temática
Central: El enfrentamiento entre el principio de autoridad (representado por Bernarda) y el principio de libertad (encarnado por M.ª Josefa y Adela). En este conflicto entre dos fuerzas antagónicas, Bernarda representa la encarnación hiperbólica de las fuerzas represivas y autoritarias: prohíbe que sus hijas se relacionen con hombres, restablece el orden cada vez que sus hijas discuten, somete a su disciplina a todas las mujeres que viven bajo su techo… Frente a Bernarda está la abuela, quien se rebela a través de la locura, su única vía de escape; y las hijas de Bernarda, quienes encarnan una amplia gama de actitudes que van de la sumisión a la rebeldía más abierta, representada por Adela.
Secundarios:
- El amor sensual: Enciende las pasiones dentro de la casa. Bernarda encierra a sus hijas y prohíbe la entrada de hombres en su casa, impidiendo que cualquiera de ellas tenga la posibilidad de entablar una relación amorosa.
- La hipocresía: Los personajes ocultan sus verdaderos sentimientos delante de los demás, por miedo o por vergüenza, y se comportan de forma diferente a como realmente son.
- La envidia y el odio: La envidia se puede apreciar, especialmente, en la relación que mantienen entre sí las hermanas. Una envidia que, en ocasiones, llega a transformarse en odio.
- La moral tradicional: Se manifiesta en la obsesión por la limpieza, el temor al “qué dirán”.
- Las desigualdades sociales: Presentes en las relaciones que se dan entre los personajes. La jerarquía social marca las distancias y cada personaje tiende a humillar al que se encuentra en un estrato social inferior al suyo.
- La marginación de la mujer: Basándose en un concepto de la honra y la decencia que motiva que la mujer sea inferior al varón.
Espacio
Toda la acción de la obra transcurre en un espacio cerrado, asfixiante, hermético: la casa, a la que se alude con palabras como “convento”, “presidio” o “infierno”. Se trata de un mundo de luto, de silencio, de ocultación. En oposición a la casa, tenemos el mundo exterior, del que llegan ecos de pasiones desatadas, de erotismo y de vida que Bernarda se empeña en sofocar cerrando puertas y ventanas para que ningún resquicio de vitalidad se cuele por ellas. Pero, al mismo tiempo, el mundo exterior es el mundo del “qué dirán”, un mundo en el que las murmuraciones y la crítica están a la orden del día.
Estructura
La acción está enmarcada por la primera y última palabra que Bernarda pronuncia: “Silencio”. Del primero al último silencio impuesto por la voluntad de Bernarda se desarrolla un conflicto entre dos fuerzas antagónicas. Estructura repetitiva en la que cada acto contiene el mismo movimiento interno: calma, conflictos y violencia.
- Primer acto: Comienza con una situación de calma (la casa está envuelta en el silencio, roto por la aparición de Poncia y la criada).
- Segundo acto: Se presenta a las mujeres cosiendo (escena de aparente tranquilidad), pero pronto surgen los problemas (enfrentamiento entre Adela y Poncia, robo del retrato de Pepe el Romano, enfrentamiento entre Adela y Martirio).
- Tercer acto: Las mujeres están cenando (escena de calma), pero, cuando terminan de cenar, los conflictos vuelven a desatarse, esta vez con más fuerza y violencia que nunca (conversación entre Bernarda y Poncia, nuevo enfrentamiento entre Adela y Martirio, intento de asesinato de Pepe el Romano…) hasta el desenlace final: el suicidio de Adela. La muerte abre y cierra la obra.
Símbolos
El río y los pozos: “Este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con miedo de que esté envenenada”. Recordemos que en Lorca el río es símbolo de fuerza vital y de erotismo; en cambio, el pozo simboliza la muerte.
Las flores y el olivar: Poseen un valor erótico. Así, Adela lleva en el primer acto un abanico con flores rojas y verdes; y Paca la Roseta, después de mantener relaciones sexuales en el olivar (=lugar de los encuentros eróticos), regresa al pueblo con “el pelo suelto y una corona de flores en la cabeza”.
- El mar y el campo: Símbolos de libertad.
- El caballo: Simboliza la pasión sexual, el deseo amoroso.
- El agua y la sed: Representan los anhelos reprimidos.
- Color verde: El abanico de Adela tiene flores rojas y verdes; y verde es también el vestido con el que Adela rompe el luto en el primer acto. Este color en la obra adquiere connotaciones de rebeldía y muerte.
- Blanco: Simboliza la vida, la alegría y la libertad.
- Negro: Representa la muerte, la tristeza y la represión (trajes negros del luto, abanico negro, noche oscura y negra…).
- El bastón: Que lleva Bernarda es símbolo del poder tiránico que ejerce sobre todos los que la rodean. Muy relevante en este sentido es el momento en el que Adela, ya en el tercer acto, le arrebata el bastón a su madre y lo parte en dos al grito de “¡Aquí se acabaron las voces del presidio!”.
Nombres de los personajes: Poseen una carga simbólica.
- Bernarda: En germánico, significa “con fuerza de oso”. Además, el apellido Alba (blanco en latín), pone de relieve la obsesión por la limpieza y las apariencias.
- Martirio: Mujer atormentada y martirizada.
- Angustias: Nombre que, etimológicamente, procede del latín “angostura” y significa opresión, congoja.
Estilo
Se mezcla el lenguaje popular (refranes, frases hechas, vulgarismos…) y el lenguaje poético, salpicado de metáforas, símiles o hipérboles. Tenemos en la obra un monólogo (el de la criada criticando a Bernarda y a su difunto marido en el primer acto) y dos apartes, introducidos por “Entre dientes” y “En voz baja”, utilizado por Lorca para que un personaje insulte a otro (las mujeres del duelo a Bernarda o Martirio a Adela). Tenemos acotaciones, que sirven para indicar el espacio en el que se suceden los hechos (una habitación), el vestuario (vestidos negros, enaguas…), el tiempo (verano), las acciones (Sale comiendo chorizo y pan) o el tono de voz (A voces).
Comentario de Texto
Localización del Fragmento
Este fragmento pertenece a la tragedia La Casa de Bernarda Alba (1936) de Federico García Lorca, poeta y dramaturgo del Grupo Poético del 27. La obra tiene tres actos, que se corresponden con la presentación, el desarrollo y el desenlace. Este fragmento se encuentra en el [número] acto de la obra, cuando [personaje] dialoga con [personaje] en [lugar] sobre [argumento del fragmento].
Federico García Lorca (Granada 1898-1936) escribió obras líricas (Romancero Gitano, Poeta en Nueva York) y obras teatrales. Los dramas y tragedias más conocidos son: Bodas de Sangre (1933), Yerma (1934) y La Casa de Bernarda Alba (1936), considerada la obra cumbre del teatro lorquiano por la sobriedad alcanzada en todos sus componentes estructurales, técnicos y estilísticos, desde el acusado realismo de su conflicto dramático hasta el predominio casi exclusivo de una prosa cargada de expresividad y el habla popular de los personajes no exenta de imágenes y metáforas impactantes, pasando por la deliberada desnudez de un escenario formado por las paredes blancas del interior de una casa del pueblo.
Tiempo
García Lorca ha precisado con exactitud la hora del día en que suceden los hechos. En este fragmento los hechos suceden [decir en qué momento suceden]. El tiempo transcurrido en la obra es indefinido con tres momentos muy precisos referentes a diferentes jornadas. La época del año es el verano (si aparece en el fragmento alguna referencia a la época, la ponemos).