3.- LA GENERACIÓN DEL 98
Podemos hablar de grupo literario o generación ya que los escritores incluidos son autores son coetáneos, tienen una formación intelectual semejante y relaciones personales entre ellos, tienen en común una estética, un lenguaje y un estilo común y opuestos a los de la generación anterior (los del 98 se rebelan contra la prosa inflada y retórica de finales del Siglo XIX) y, además, el desastre del 98 les motiva a analizar en profundidad el problema de España.
Se trata de la expresión de un pensamiento analítico y una visión ensimismada sobre España y Castilla a través del paisaje, la historia y la literatura. A través del tratamiento de estos tres temas reflejan estos escritores su actitud crítica. En cuanto al paisaje, Castilla se erige como representante de la esencia española. La preocupación por España en sus obras se refleja especialmente en la atracción que sienten por Castilla (en su paisaje duro, árido y seco ven en este ambiente la representación del atraso social y cultural de la España de su tiempo. Pero también admiran su belleza áspera y su desnudez, que se ajusta perfectamente al estilo directo y claro de sus obras). La preocupación por España de algunos ensayistas del 98 tiene cierta relación con la que mostraban los regeneracionistas. Además, manifiestan una gran atracción por la Historia, en la que los escritores buscan descubrir la esencia de España. No se interesan por la historia de los grandes hombres y las grandes batallas, sino por la historia del pueblo, la de los hechos cotidianos, la del trabajo, la de las costumbres, calificada por Unamuno como intrahistoria. Los autores del 98 se interesan por los clásicos de nuestra literatura, como el Poema de Mío Cid, Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Fray Luis de León, Cervantes, Góngora…
Aparte del problema de España, otros temas tratados son los existenciales (la fugacidad de la existencia, la muerte…) y la religión.
Aunque el estilo es muy personal, podemos destacar que es sobrio y directo. Se trata de una tendencia al lenguaje natural, preciso y claro, al servicio del pensamiento. Lo que más importa es el contenido e intentan que éste llegue al lector de la manera más clara posible.
3.1.- LA POESÍA GENERACIÓN DEL 98
Antonio Machado
Sus primeras obras son modernistas (Soledades, galerías y otros poemas), pero a partir de la publicación de Campos de Castilla en 1912 conecta con los intereses y los presupuestos ideológicos de la Generación del 98.
Su obra comprende tres etapas. Una primera etapa está representada por su libro Soledades ampliado posteriormente en Soledades, galerías y otros poemas. En esta obra se combinan los motivos modernistas (la fuente, la sala familiar, el camino, el río o la noria son algunas de las realidades que, en ocasiones, cobran una dimensión simbólica) con un tono melancólico y una reflexión sobre cuestiones existenciales, de corte noventayochista (la sensación de angustia se deriva, precisamente, de la conciencia del paso del tiempo y de la aproximación a la muerte). Su segunda etapa está representada por Campos de Castilla, donde expresa de modo reflexivo el inconformismo y el desajuste con la realidad social. Machado recoge en ella los temas carácterísticos de la generación del 98, especialmente el paisaje castellano y la decadencia española, sin abandonar la reflexión filosófica. El paisaje que ahora evoca es una ambientación real que, no obstante, no impide que le suscite reflexiones de carácter subjetivo y simbólico. Incluye grupo de composiciones, Proverbios y cantares (poesía de carácter sentencioso, en la que se percibe las grandes preocupaciones existenciales de su poesía, que el autor cultivará también posteriormente) y los Elogios (poemas que Machado dedica a personajes que admira, como a Francisco Giner de los Ríos, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez o Unamuno). La tercera etapa, representada en Nuevas canciones, contiene un conjunto de cancioncillas de inspiración popular y un conjunto de cantares y proverbios en los que el poeta se muestra más reflexivo y su pensamiento llega a lo sentencioso.
3.2.- LA PROSA DE LA GENERACIÓN DEL 98
3.2.1- LA NOVELA DE LA GENERACIÓN DEL 98
Los noventayochistas muestran en sus obras sus preocupaciones existenciales y su visión de la decadencia española mediante un lenguaje sencillo y directo. Manifiestan una oposición directa y una actitud comprometida con el mundo en el que viven, fundamentalmente a través de la prosa. Los autores más representativos son:
Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Antonio Ruiz Azorín.
Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Antonio Ruiz Azorín.
Unamuno: LA NOVELA INTELECTUAL Y EXISTENCIALISTA
Sus novelas recogen su actitud intelectual, su visión filosófica del mundo y las preocupaciones ideológicas y existenciales del autor: la búsqueda de la personalidad y el conflicto entre creador y personaje en Niebla; la envidia cainista en Abel Sánchez; el sentimiento de la maternidad frustrada en La tía Tula y la trascendencia religiosa y la inmortalidad en San Manuel Bueno, mártir. En todas ellas se refleja la intención de renovar el lenguaje y las técnicas narrativas… Unamuno a sus novelas las llama “nivolas”, para diferenciarlas de las del Realismo.
BAROJA: NOVELA SOCIAL Y NATURALISTA
Mantiene siempre un pesimismo radical sobre la naturaleza y la condición humana. Sus obras son críticas, pero no critica a un grupo humano concreto, sino a una sociedad global corrupta (tanto a personas como a instituciones). Desconfía de las organizaciones sociales o religiosas, de los partidos políticos o las iniciativas colectivas porque no cree en los buenos sentimientos del ser humano y concibe la vida como una lucha en la que siempre pierde el débil. Sus novelas reflejan y transmiten desesperación y angustia, trasladan al lector una visión determinista del mundo además de contener un impresionismo descriptivo de los ambientes y psicológico de los personajes. Agrupó sus novelas en trilogías: ‘La lucha por la vida’ (destaca La busca), ‘La tierra vasca’ (destaca Zalacaín el aventurero) y ‘La raza’ (destaca El árbol de la ciencia). Desde la última vuelta del camino es el título de sus memorias.
Antonio RUIZ AZORÍN
Su novela se caracteriza por el fragmentarismo, su carácter reflexivo y el gran peso de la descripción. Entre los temas principales que desarrolla Azorín, encontramos los recuerdos de su infancia y juventud, llenos de nostalgia; la descripción de la tierra castellana y de sus habitantes, sus ciudades, su historia, como medio de análisis de la realidad española del momento; las descripciones de los paisajes a partir de los viajes que realizó por toda España. Escribíó La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.